Coca de pisto con huevo

El pisto siempre ha sido uno mis platos favoritos. Mi madre y mi abuela Ana eran las reinas del pisto y cada vez que llegaba a casa y de menú me esperaba un pisto, el día cambiaba de tercio si era malo y si era bueno, crecía exponencialmente mi alegría.

Mi abuela hacía pisto con relativa frecuencia, y digo relativa porque si los calabacines no eran pequeños, firmes, gorditos y con la piel brillante, ella decía que no servían. Además debían picar sutilmente las púas suaves que trae en su tallo y había que darle un toquito con los nudillos, como si estuviésemos tocando a la puerta del calabacín y que no nos respondiera  hueco.

Un vez que los calabacines pasaban el casting, el mejor pisto del mundo, estaba garantizado. Casi nada. Con el resto de ingredientes no era tan meticulosa pero no dejaba de ser cuidadosa.

A todo esto le añadía paciencia, mimo y cariño, el mejor aceite de oliva y así convertía un plato sencillo, humilde y económico en un sabor sublime y único.

En casa, como casi todo, el pisto nos gusta bastante, lo cocinamos con más frecuencia incluso que mi abuela y como en las filas de esta tribu somos la mayoría dados a la creatividad y a la imaginación, le hemos ido dando formas y contenidos diferentes, así que ya tocaba compartirles la receta adaptada de pisto con base de una coca y con el huevo incorporado. No se la pierdan. Es más que recomendable.

 

INGREDIENTES:

  • Seis calabacines
  • Un pimientos rojo.
  • Una cebolla.
  • 100 ml. de salsa de tomate casera.
  • Aceite de oliva.
  • Sal gruesa.
  • Una masa para empanadillas.
  • Tres huevos.

 

ELABORACIÓN:

Comenzaremos cortando la cebolla y el pimiento en cuadraditos pequeños. En un caldero con buen fondo, que cubriremos de aceite de oliva, haremos una fritura a fuego suave con ambos.

Cuando tengamos la fritura en un punto meloso, incorporaremos los calabacines también cortados en cuadrados. No es necesario cortarlos tan pequeños como la cebolla y el pimiento.

 

Mezclaremos bien todos los ingredientes y mantendremos el calor a potencia media.

Cuando apreciemos que el calabacín comienza a soltar agua, verteremos la salsa de tomate, mezclaremos bien, bajaremos la potencia del calor a intensidad baja y taparemos ligeramente el caldero.

 

Mientras se hace el pisto, que lo mantendremos así como unos veinte minutos en los que lo vigilaremos y daremos vueltas de vez en cuando, iremos preparando la masa. Para ello la desenrollaremos sobre una superficie plana, manteniendo el papel vegetal debajo.

Una vez tengamos listo el pisto, lo escurriremos ligeramente porque el calabacín suele soltar mucho agua, y lo iremos disponiendo sobre la masa de empanada, dejando libres los bordes para que una vez tengamos colocado el pisto, los cerremos sobre el relleno con facilidad. En este momento podremos encender el horno, retirando la bandeja de rejilla y precalentándolo a 200º calor arriba y abajo

 

Uno de los tres huevos, lo batiremos y lo usaremos para pintar los bordes de la masa.

A los otros dos huevos les separaremos las claras de las yemas.

 

Sobre el pisto, verteremos las dos claras, solo las claras. Esto es así, porque los huevos se harán en el horno y las claras tardarán más tiempo en hacerse.

Un vez colocadas las claras sobre el pisto, introduciremos la bandeja de rejilla con la masa, pisto y claras en el horno y la iremos vigilando hasta que apreciemos que las claras están cuajadas.

Una vez cuajadas y con cuidado verteremos las dos yemas encima de las claras y volveremos a introducir el conjunto en el horno durante tres minutos más.

 

Pasados los tres minutos, retiraremos la bandeja del horno y ya podremos disfrutar de un plato delicioso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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