Arvejas compuestas

 

 

Cuando terminaba el invierno y llegaban al mercado las primeras vainas de guisantes, mi abuela traía dentro de su carrito, una bolsa enorme llenita a rebosar de estas leguminosas.

 

 

Las guardaba en la nevera, a la espera del primer sábado en que yo no tuviera que ir al colegio y mientras veía a Rocky Torrebruno, ella me disponía en una bandeja la gran bolsa de vainas y otra bolsa igual de grande pero vacía, junto a un cuenco profundo, donde iba yo desenvainado y dejando los guisantes.

 

 

La única condición era, que tenía que tenerlos listos antes de las 12:00, para que a ella le diera tiempo a prepararnos su guiso de arvejas compuestas, tan sabroso y tan característico de su mano en la cocina.

 

 

Mientras tanto, ella iba sancochando los huevos, uno por persona, e iba pelando papas y cortándolas en cuadritos pequeños, porque las arvejas sin papas fritas y sin huevos duros, no eran arvejas compuestas.

 

 

Ella no era  amiga de añadirle chorizo, ni bacon. En cambio era indispensable que los guisantes fueran frescos, nunca congelados y que la base de este guiso, llevara su salsa de tomate casera.

 

 

Cuando la primavera traía los primeros guisantes, yo nunca terminaba de ver mi programa de televisión de los sábados, porque siempre, siempre, siempre, prefería llevarle los guisantes mondados y sentarme en la cocina, mientras ella, llenita de ilusión, nos preparaba uno de sus guisos estrella.

 

 

De todas y tantas recetas que me enseñó, conservo ésta con especial cariño, y creo que no es por otra cosa que, porque cocinar con ella los sábados por la mañana, se convertía en el fin de semana perfecto para mí.

 

 

Ingredientes que necesitaremos para unas auténticas arvejas compuestas:

• Dos kilos y medio de vainas.
• Una cebolla mediana.
• Dos dientes de ajo.
• 200 ml. de salsa de tomate casera.
• Una cucharadita de orégano seco.
• Una hoja de laurel
• Un huevo duro por persona.
• Papas para freír.
• Aceite de oliva.
• Agua.
• Sal gruesa.
• Un chorrito de vino blanco.

 

Cómo hacer auténticas arvejas compuestas, en 9 sencillos pasos:

1.Comenzaremos desenvainando los guisantes y reservándolos.

 

 

 

2. Una vez tengamos todos los guisantes mondados, pondremos abundante agua a calentar, hasta que rompa el hervor fuerte.

Añadiremos un puñadito de sal gruesa al agua. Cuando el agua hierva, añadiremos los guisantes y calcularemos 8 minutos.

 

 

 

3. Pasados los 8 minutos, escurriremos los guisantes y reservaremos hasta el momento de utilizarlos.

Mientras los guisantes se escurren, iremos cortando la cebolla en pedacitos (brunoise) y los dientes de ajo, también en pedacitos pequeños pero, debemos de retirarles el germen central.

En un caldero bajo con buen diámetro, sofreiremos la cebolla y el ajo a temperatura media.

 

 

 

4. Cuando el sofrito, comience a tomar color, verteremos un chorrito de vino blanco y mantendremos a temperatura media, unos 8 minutos más, hasta que el alcohol se evapore.

No dejaremos de remover, para que el fondo no se pegue.

 

 

 

5. Una vez evaporado el alcohol, añadiremos la salsa de tomate. Mucho mejor si es casera, en caso contrario, podemos usar tomate frito de bote o tomate triturado, pero quedan mucho más sabrosas, con salsa de tomate casera.

 

 

 

6. Removeremos bien hasta integrar e incorporaremos el orégano.

 

 

 

7. Mezclaremos bien y añadiremos la hoja de laurel.

 

 

 

8. Seguidamente, incorporaremos los guisantes y mantendremos a temperatura media, durante 20 minutos.

Removeremos de vez en cuando y mientras tanto, iremos pelando las papas y cortándolas en cuadraditos. También pondremos a guisar los huevos.

 

 

 

9. Freiremos las papas en abundante aceite de oliva y los huevos los mantendremos en agua hirviendo, durante 10 minutos.

Y ya podremos presentar nuestro guiso de arvejas compuestas. Mi abuela disponía las arvejas en un cuenco hondo (o escudilla), el huevo partido por la mitad, coronando el plato y las papas fritas, en una fuente. Con las papas, íbamos rebañando el fondo del cuenco, aunque llevar pan a la mesa, se agradece.