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Pan de nueces y pasas

Aquí viene una receta que no puede faltar en Navidad. Primero porque cuando me la dieron me hicieron prometer que solo la cocinaría en Navidad y lo he cumplido y segundo porque al comerlo me recuerda a los desayunos de invierno con mi abuela porque aunque estuviera de vacaciones, me encantaba despertarme con ella por muy temprano que fuera, preparar la mesa en lo que «subía» el café, colocar un plato lleno de nueces, otra plato con aceitunas del país, otro con fuet o salchichón partido finito para que mi abuela pudiera masticarlo con la dentadura y una tabla con arenque ahumado. Dicho así pudiera ser que alguna tripa se esté revolviendo ahora mismo pero para nosotras dos,  todo esto eran manjares.

Sin prisas y saboreando cada bocado, íbamos pellizcando el pan calentito y crujiente y lo acompañábamos con una nuez, con una aceituna o con el arenque. A sorbitos el café con leche hirviendo mientras despacito nos contábamos lo que íbamos a hacer el resto del día. Supe disfrutarlos mientras los tuve y la tuve conmigo porque al final, uno de los mejores regalos de Navidad es que estén todos en la mesa y no te falte nadie y si ya no está, mantener el recuerdo de cuando si estuvieron y tener la certeza de que todo el tiempo se exprimió hasta la última gota.

Hoy, cuando cocino este pan y lo saboreo, auno mis desayunos de hoy con los desayunos de cuando era niña. El sabor es agridulce, por el azúcar que lleva y las pasas, como cuando unía el pedacito de nuez con el pan y el sorbo de café con leche endulzado. Me chifla comerlo hoy y me chifla el recuerdo que me regala.

Si además lo acompañas con queso, fresco, semi o duro, es una delicatessen. Aquí les dejo la receta, no les haré prometer que lo cocinen solo por Navidad porque necesitarán tener mucha fuerza de voluntad, pero si es verdad que si son capaces de cocinarlo solo en estas fechas, el pan de nueces se convertirá en un regalo imprescindible, año tras año para nuestros paladares.

INGREDIENTES:

  • 1/2 Taza (tamaño café con leche) de nueces picadas toscamente
  • 1/2 Taza de pasas
  • 1 Taza de leche
  • 2 Tazas de harina simple de trigo
  • 1 Taza de azúcar blanca
  • 1/2 sobrecito de levadura
  • 1 Huevo
  • Una pizca de sal
  • Mantequilla para untar el molde

MODO DE HACERLO:

Antes que nada pondremos a precalentar el horno a 170º calor arriba y abajo con ventilador (si tenemos la opción)

Picamos las nueces, yo lo hago metiéndolas en una bolsa de cremallera plástica, la cierro bien y le paso el rodillo varias veces, así consigo que no sean todas del mismo tamaño y queda bien que los pedazos estén partidos y repartidos por el pan, en plan rústico.

Las medidas como verán, vienen medidas en tazas porque es un receta muy de abuela de las de toda la vida y se cocinaba al ojo.

Ahora mezclaremos en un bol las dos tazas de harina con el medio sobre de levadura química, el pellizco de sal y reservamos.

En otro bol,batiremos el huevo, incorporaremos la taza de azúcar y batiremos hasta que la mezcla se quede color blanquecina.

Verteremos sobre esta mezcla la taza de leche y batiremos bien hasta integrarla y una vez lo tengamos, podemos empezar a volcar la harina, mejor si la vamos tamizando a medida que la vayamos incorporando (pasarla por un colador, si no disponemos de tamizador)

Y vamos batiendo con ligereza, sin dejar mucho grumo. Lo ideal es que le vaya entrando aire y no es necesario que la masa quede absolutamente perfecta. De hecho es mejor para el horneado y porque así conseguiremos esos agujeritos que quedan en medio de la miga del pan.

El color final de la masa es amarillento y bastante pastosa.

Ahora es el momento de incoporar las nueces y la pasas y con la ayuda de  un tenedor, las repartiremos por la masa.

Ya con la masa lista, engrasaremos el molde con mantequilla, llegando también a las paredes más altas del molde porque el pan sube de volumen durante el horneado y verteremos la masa dentro del mismo.

Metemos el molde en el horno y calcularemos 1 hora a 170º, calor arriba y abajo. A la media hora y si viéramos que se está rajando mucho la masa por arriba, podremos colocar un papel vegetal por encima para que la corteza de lo que será nuestro pan, no se queme. En mi caso nunca ha sido necesario dar este paso y la corteza se me queda algo más tostada que la miga y así está ideal para cortarlo.

A la hora, sacaremos del horno despacio y metemos un cuchillo de punta redonda, si sale limpio, nuestro pan estará listo sino, volveremos a meter en el horno y haremos esta misma prueba del cuchillo, cada cinco minutos.

Una vez lo tengamos, lo dejamos templar dentro del mismo molde y cuando ya no queme lo desmoldaremos. Ya para partirlo, habrá que esperar a que esté a temperatura ambiente del todo.

Eso sí, una vez lo partan, no pararán hasta terminarlo pero es tan fácil de hacer y tan agradecido de sabor que no les costará nada tener pan casero, dulce y rico desde Nochevieja y hasta Reyes.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Aperitivos navideños

Se acerca la cena de Navidad y ya empiezan a ser cotidianas las conversaciones sobre la cena, dónde pasas las fiestas, con quién pasas las fiestas, dónde conseguiste reserva para la cena de empresa, ya empezaste a ejercer de Elfo y la siempre importantísima charla sobre la cena de navidad, qué vas a preparar??????

Empezar con el consomé de la semana pasada siempre es la mejor opción pero después tiene que caer algo de marisquito, cocido o a la plancha, pero a las boquitas que vienen a casa les encanta un pica de aquí y pica de allí, mientras el horno termina de hacer el plato principal. Ese pica pica que te llena para después dejar desolado al solomillo, al cordero o al cochinillo porque se llenan picando, pero es que les encanta y la carne se queda para rellenar canelones el 25.

Así que año tras año, empiezan llamando mis sobrinas, pidiendo algo con aguacate, mi hijo Pablo que por su sonrisa y sus ojos no he aprendido a decirle que no a casi nada y me pide los chips de parmesano. Mi hija Sara, también adicta al aguacate (debe ser mochila genética) mi madre y sus cestitas de berberechos porque le traen a la mesa a su amiga hermana Irene a la que sigue echando de menos cada día y el foie para mi chico, para mi cuñado, para mi tía, para mi primo, para mi padre…… Y esta es la razón de esta entrada en el blog. La selección de mi adorada familia para picar entre consomé y segundos, selección de caprichitos ricos que llenan de sonrisas la mesa navideña, mientras exclaman -Vane! te acordaste??? Hiciste las cestitas!!!!! (hágase la misma frase con chips de parmesano, chupitos con aguacate y foie)

INGREDIENTES PARA LAS CESTITAS DE BERBERECHOS

(salen 24 cestitas)

  • 24 cestitas de hojaldre tamaño pequeño (las venden en todos los supermercados)
  • 200 mml de salsa bechamel (200 mml de leche fría, 20 grs de harina simple de trigo, 15 grs de mantequilla o aceite de oliva, sal gorda y pimienta negra
  • 1 lata de Berberechos (entera, no tirar el agua)

MODO DE HACERLAS

Empezaremos haciendo la salsa bechamel. En una sartén ponemos a derretir los 20 grs. de mantequilla, lo haremos a fuego medio, porque si se derritiera rápido cogería un gusto un tanto repugnante e imposible de arreglar. Cuando ya la mantequilla esté completamente derretida, incorporaremos los 20 grs. de harina simple. Mucho mejor si la incorporamos ayudándonos de un tamizador si no lo tenemos,  lo vamos haciendo con una cuchara dando golpecitos para que no caiga toda de pronto y se empiecen a hacer grumos. Desde este momento, hay que coger un batidor de varillas y dar vueltas constantemente por eso no les puedo subir fotos del proceso. La bechamel es una salsa simple pero bastante mimosa. Damos un par de vueltas para que la harina se tueste y empezaremos a incorporar la leche fría poco a poco, hasta completar los 200 mml de leche. Seguimos dando vueltas, seguimos a fuego medio, hasta que veamos que la salsa comienza a espesar. Para hacer las cestitas, el punto es medio espesa.  Una vez conseguido, salpimentaremos al gusto (serán más o menos 7 minutos a temperatura media y sin parar de dar vueltas!!!) Pasaremos toda la salsa a un recipiente hondo y añadiremos el contenido completo (agua y todo) de la lata de berberechos y mezclaremos bien, hasta que todo quede bien unido, sobre todo el agua de los berberechos.

Ahora pondremos a precalentar el horno a 200º calor solo por arriba (función gratinar, sin ventilador) y en una bandeja tipo Pyrex para horno, iremos disponiendo las cestitas mientras las vamos rellenado ayudándonos de una cuchara tamaño postre para que se puedan rellenar más fácilmente (hay que ser un poco delicados)

Al rellenar procuren que siempre caigan berberechos dentro de cada cestita. Una vez las tengamos todos rellenas y colocadas en la bandeja, meteremos en el horno a gratinar a 180º durante 5 minutos y primer aperitivo listo!

Lo mejor es servirlas nada más sacar del horno. Son más ricas calentitas que frías o templadas.

INGREDIENTES FOIE AL PEDRO XIMENEZ

  • 1 lata de Foie de oca
  • 1 paquete de millos tostados (kikos para los que no me entiendan) pequeño.
  • 1 buen chorro de reducción de Pedro Ximénez (lo encuentran en cualquier supermercado en la zona de vinagres)VAMOS A ELLO QUE SON TRES COSILLAS DE NADA….

    Sacamos el bloque de foie de la lata o del paquete que traiga, lo metemos en un tupper o lo envolvemos en film y al congelador, al menos unos 40 minutos.Sacamos del congelador, lo dejamos ablandar unos cinco minutos y empezamos a rallarlo como si fuese una zanahoria. En la bandeja que lo vayamos a servir echaremos un buen chorro de reducción de Pedro Ximénez y pintaremos la base. Colocamos encima el foie rallado y casi por último ayudándonos de una picadora eléctrica, preferiblemente, picamos el millo hasta dejarlo casi en polvo aunque puede quedar algún tropezón que da una textura interesante.Echamos por encima el polvo del millo y volvemos a echar un buen chorro por encima del conjunto de reducción de Pedro Ximénez. Unas tostas de pan bizcochado o un pan artesano ligeramente tostado,  unos cuchillos de untar monos y ya tienes un  entrante espectacular y sabroso para abrir el apetito o acabar con el del todo.INGREDIENTES PARA LOS CHUPITOS DE AGUACATE Y LANGOSTINOS

  • 2 Tomates rojos y en punto exacto de maduración para que no se vacíen al partirlos.
  • 1 Cebolla morada
  • Un buen chorro de limón
  • 3 Aguacates maduros
  • Sal gorda
  • 18 Langostinos cocidos y pelados
  • 12 vasos bajo de cristal para la presentación

VAMOS A HACERLO…

Primero cortamos los tomates en cuadritos y rellenamos la parte baja de cada vaso.

Ahora chafaremos los aguacates (que deberán de estar maduros) y haremos  una papilla con ellos añadiéndoles un buen chorro de limón o si tuviéramos que estamos en época de lima y sal gorda. Picamos ahora muy menuda la cebolla morada y la incorporamos al puré de aguacate. Con este puré rellenemos los vasos con un dedo más de altura, sobre los tomates picados.

Y por último y teniendo previsto que ya los langostinos deben de estar guisados y pelados, los vamos cortando en pedazos y vamos incorporando langostino y medio en pedacitos en cada vaso.

Y el resultado es el aperitivo ideal  para disfrutar, metemos cuchara larga, llegamos hasta el fondo del vaso y procuramos pillar de los tres pisos y llevarlos a la boca.

INGREDIENTES CHIPS DE PARMESANO

  • 200 grs de queso parmesano reggiano
  • Un buen rallador

MODO DE HACERLAS

Pues aquí ya va el cuarto y último aperitivo de todos, el más sencillo y el más intenso de sabor y eso lo hace absolutamente adictivo.

Solo tendremos que rallar muy finamente el taco de queso parmesano y mientras lo hacemos, encenderemos el horno a 200º, calor arriba y abajo, importante que activemos función ventilador para que se vaya calentando. También es importante que antes de calentar el horno, saquemos la bandeja porque la necesitaremos fría.

Ahora cogeremos la bandeja del horno y la cubriremos de papel vegetal para horno e iremos haciendo montoncitos que aplastaremos con cuidado, haciendo círculos del tamaño de una galleta.

Cuando ya tengamos la bandeja completa, la meteremos en el horno durante 5 minutos. Verán que el queso se funde rápidamente e incluso se empiezan a tostar los bordes. Sacamos del horno.

Y ahora dejaremos que se sequen bien y se solidifiquen en la misma bandeja del horno y pasados unos 10 minutos ya estarán templadas y las podremos emplatar.

Acompañarlas de una mermelada de tomate, las potencia y enriquece aún más. También quedan ideales con mermelada de pimiento.

Y como no, un buen platito de jamón no puede faltar pero en mi casa solo lo corta mi chico y en este caso no se cumple el refrán, porque lo parte pero no se lleva la mejor parte, así que me paso por La Montaraza que todos los embutidos son para pecar de gula, me lo colocan en estas bandejitas y a la mesa, eso sí, tarda lo mismo en desaparecer que David Coperfield sobre el escenario.

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Consomé de Navidad

No se hacen una idea de cuánto disfruto de esta época del año. No solo por su magia al unirnos con familiares y amigos, tanto los de cerca como los de más lejos, más que sea para un rato.  También por las salidas y las carreras que tienen su punto emocionante, parecido a cuando consigues que te lleguen a tiempo los Amazon o los Ali Express. Disfruto con cada Belén, el de arena y el de San Telmo, con la cena de empresa,  la de amigos o la de primos. Con cada salida con mis adolescentes a ver la peli ñoña de Navidad aunque he de confesar que ya los tengo que sobornar para que me acompañen, ellos prefieren otros géneros…. Y en la cocina???? Me convierto en Capitana General y monto todo un cuartel. Empiezo con los bollos y las truchas que dejo en las latas y con las que desayunamos y merendamos desde el Adviento hasta Noche Vieja y sigo con la búsqueda de mis libros y libretas, ideando un menú diferente cada año para cada cena y disfruto más que un niño en un parque de atracciones.

Pero sobre todo y por encima de todo, me quedo con la llegada de mis padres a casa cada Nochebuena, sus abrazos, lo guapos que se ponen y la emoción de ver a todo su rebañito a la vez, alrededor de la misma mesa.

Disfruto con la llegada siempre estelar y llenas de alegrías de mis dos hermanas. Y de mis cuñados. Y de mis sobrinas.

Me quedo también con los abrazos de mi primo Carlos que vuelve como El Almendro y que sin él, las cenas de Navidad pierden magia. Y mi tía Mapino, imprescindible que se siente con nosotros en la mesa cada año y para mí imprescindible cada día del calendario.

Me quedo con las caras de emoción de mi sobrina Victoria cuando suena la campana de Papá Noel y el sonido se acerca y sus ojos se abren más y aún se escucha más cerca y ella a punto de explotar.

Me quedo con la salida de amigas que pocas son ya las veces que podemos hacer el gamberro y la Navidad nos lo regala y vuelve a hacer magia.

Me quedo con mis hijos y mi chico y también con todos sus abrazos porque son los más bonitos del mundo y se pasan colgados de mi cuello, de mi agenda, de mi coche y hasta de mi cama desde Nochebuena hasta la mañana de Reyes.

Y me quedo con el momento en que recordamos a mis dos abuelas, Ana y Consuelo, porque al hablarlas las traemos dentro de nuestros corazones a la mesa y aunque no les pongamos sus sillas, ahí están y ahí seguirán, porque a mí me sigue haciendo falta tenerlas y además este consomé es suyo, una mezcla entre como lo hacía cada una, quizás con remates diferentes.

Aquí les traigo mi adaptación aunque les desvelaré los secretillos de cada una y es que no hay mejor manera de dar la bienvenida a la Navidad que con un exquisito consomé lleno de sustancia, sabor y calor de corazón.

INGREDIENTES

  • 1/4 ó medio pollo o gallina (según guste, yo le puse pollo)
  • Puntas de jamón
  • Un buen pedazo de morcillo de ternera
  • Hueso de ternera (yo uso el tuétano, el que viene en el centro del osobuco)
  • 1 diente de Ajo
  • 1 Zanahoria grandita
  • 1 Cebolla
  • 1 Puerro
  • 1/4 vaso de Pedro Ximénez
  •  Un tallo de apio (opcional y como a mi madre no le gusta, yo a este no se lo puse)
  • Agua
  • Aceite de Oliva
  • Sal

MODO DE HACERLO (facilito)

En el caldero más grande que tengamos, ponemos a calentar el fondo con aceite de oliva. Vertemos el ajo pelado y ligeramente escachado (no hace falta picarlo) y la cebolla partida en cuartos. Rehogamos.

Añadimos ahora el puerro y la zanahoria y el apio en caso de que lo vayamos a utilizar. A la zanahoria le rasparemos la piel y la cortaremos en 4 trozos a lo largo (tipo bastones), al puerro le quitaremos el tallo verde y solo utilizaremos la parte blanca. Lo podremos echar así tal cual en tronco porque en cuanto empiece el caldo a hervir, se deshace. En caso de utilizar apio, hay que quitarle las primeras hebras y también lo podemos echar entero.

Saltearemos un rato junto a la cebolla y el ajo y en cuanto empiecen a tomar algo de color las verduras (unos 4 minutos) incorporaremos las carnes y también saltaremos otros 4 minutos aproximadamente.

Ahora verteremos el 1/4 de un vaso (tamaño agua) de Pedro Ximénez y le daremos potencia al fuego para que se evapore el alcohol.

En unos tres minutos a fuego fuerte se habrá evaporado, no se asusten que nada se va a quemar aunque se los parezca. Una vez evaporado, cubrimos todo con agua hasta arriba de la olla o caldero. En mi caso fueron unos 3 litros.

Rectificaremos el punto de sal (al gusto) y esperaremos a que el caldo hierva. Una vez hierve, tapamos ligeramente la olla (sin taparla del todo) y bajamos la potencia del fuego a medio-baja. Mi vitro llega a 9 y yo mantuve el caldo en potencia 5 y así dos horas completas.

Durante las dos horas, donde el caldo va llenando de aroma toda la casa, de vez en cuando iremos y removeremos todo con suavidad.

Pasadas las dos horas, colaremos el caldo y apartaremos las carnes y las verduras. Este paso es quizás el más pesado pero a mi hasta me parece entretenido y además puedes aprovechar lo colado para un montón de cositas diferente.

Con el pollo hago croquetas. El morcillo lo desmenuzo y se convierte en el relleno ideal para tacos o fajitas mexicanas. O no haces nada de esto y lo conviertes todo en una exquisita ropa vieja.

Si aprovecharemos las puntas de jamón como guarnición para nuestro caldo. Las pico muy menudas, le añado un huevo duro (cocido) que también corto a pedacitos muy pequeños y se sirve en la mesa aparte del caldo, para que quien quiera lo añada a su taza.

Apreciarán el aroma y el color del caldo.  Seguro.

Lo ideal es hacerlo el día anterior al que se vaya a consumir porque así, una vez de enfríe, lo guardaremos toda la noche en la nevera y al día siguiente con la ayuda de una espumadera, retiraremos con facilidad la capa de grasa que habrá subido a la superficie.

Antes de consumirlo, calentaremos bien, este caldo sabe muy calentito. lo serviremos en las tazas de consomé y previamente lavaremos unas hojas de hierbahuerto y las colocaremos dentro de las tazas. Verteremos por encima el caldo y ya estamos preparados para dar el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas.

Y ahora les dejo por aquí alguna idea para decorar la mesa esta Navidad.

 

Utilizo mantel blanco porque así  me será más fácil combinar colores de vajillas y servilletas.

Este año me ha dado por los cuadros escoceses en las servilletas y la verdad que da un toque muy lindo al conjunto.

Bajo platos en color plata desgastada, haciendo conjunto con la cubertería.

Y por cambiar y no utilizar siempre los mismos portavelas, di la vuelta a las copas más altas que tenía en casa, las rellené con espumillón verde y bolitas doradas tamaño mini. Sobre la base de la copa vuelta del revés coloqué velas redondas y la verdad que ha quedado diferente y original. Hice lo mismo, pero sin voltearlas con las copas de cocktail y así se puede llenar todo el largo de la mesa, con velas y copas y el efecto de la luz que desprenden las llamitas, da magia a la mesa.

Felices Fiestas.