Esta es la primera receta que me cedió amablemente mi cuñado Javier. Creo que ya he dicho muchas veces que Javier es mi chef favorito, aunque él se empeñe en dedicarse a otros asuntos menos sabrosos. 

Cuando esta receta llegó a una de mis libretas yo era muy, muy, muy jovencita y él solo un poquito menos jovencito que yo.

 

Me ayudaba con las matemáticas, porque claro, era el novio de mi hermana la mayor y tenía que ir haciéndose querer con sus futuros suegros y como a mi madre, cuando yo era adolescente, solo le preocupaban dos cosas de mí, que aprobara las matemáticas y la segunda, mejor no contarlo para que así  ella tampoco lo recuerde.

 

Javier vio en mí un filón para ganarse el cariño de mi madre. Y así fue y sigue siendo, lo que no creo que él sepa a estas alturas, unos tantos años más tarde, es que no necesitaba ayudarme con las matemáticas para ganarse el cariño de su suegra.

 

A Javier se le quiere porque sí y desde el primer minuto en que lo conoces.

 

Yo aprobé,  pero aquello me supuso un verano enterito sin playa y sin piscina. Javier desde mitad de julio cedió el testigo a su hermano Ramón, porque todos sabemos que la paciencia siempre, siempre, siempre es limitada y a mí, en materia de números, se me tiene que tener paciencia.

 

Recuerdo que aprobé y desde ese día tengo un Dios nuevo en mis plegarias, que no es otro que Ramón, y ahí seguirá para siempre.

 

Al año siguiente fui más inteligente y me fui con mi amiga Laura, tan negada como yo para las mates, a letras puras y después de todo esto, lo que mejor recuerdo de aquellas clases, era el olor que desprendían estas lentejas cuando las cocinaban los hermanos López. Cuando las preparen y su casa se les perfume, entenderán el intenso y duro trabajo de Ramón, para que yo  aprobara.

 

 

 

Ingredientes para hacer estas lentejas:

• Medio de kilo de lentejas. 
• Un chorizo asturiano.
• Una morcilla asturiana.
• Un trozo de bacon o panceta.
• Una cebolla.
• Una cabeza de ajos.
• Agua

 

 

Cómo hacer las mejores lentejas con chorizo:

1. Se que no es del todo necesario pero cuando preparo lentejas, me gusta dejarlas en remojo con agua desde la noche anterior.

 

2. A la mañana siguiente, les escurro el agua y las lavo bien y las dejo en un escurridor, hasta el momento de utilizarlas en la receta.

 

 

 

 

3. Comenzaremos ahora a montar nuestra receta. Para ello, dispondremos del chorizo, la morcilla, el trozo de bacon o panceta, la cebolla que la mantendremos entera y tan solo la pelaremos y lo mismo con la cabeza de ajos. Retiraremos las piles externas pero dejándola entera.

 

 

 

4. El chorizo lo partiremos en pedacitos pequeños.

 

 

5. En un caldero alto, con buen fondo, incorporaremos el chorizo troceado y el bacon entero. Encenderemos el fuego a potencia media y doraremos ambos ligeramente.

 

 

 

6. Una vez dorados, sin que se quemen, incorporaremos al caldero, las lentejas.

 

 

7. Mezclaremos bien los tres ingredientes.

 

 

8. Añadiremos la cebolla y la cabeza de ajos. Siempre mantendremos el calor a potencia media.

 

 

9. Y cubriremos de agua, hasta que sobrepase, sin excedernos demasiado,  todo el conjunto.

 

 

 

10. A partir de ese momento y siempre a temperatura media, calcularemos una hora.

 

Verán como las lentejas comienzan a “apotajarse” como diría mi abuela. Si apreciaran que el líquido se evapora, podremos ir vertiendo a poquitos más agua, pero siempre teniendo la precaución de calentarla antes de verterla.  

 

 

11. Cuando queden unos cinco minutos, partiremos en pedazos la morcilla y la mezclaremos bien con el resto.

 

 

12. Y ya tendrán listas mis lentejas favoritas. Si quieren, el día que las preparen pueden invitarme a comer, que iré encantada.