Cookies de chocolate

Mi olor favorito es el de galletas recién hechas. Me huele a casa, a hogar, a comienzo de otoño. Me reconforta.

Esta es una de las primeras recetas que aprendí a hacer y a día de hoy, sigo haciendo la misma y no necesito sacar libretita para recordar los ingredientes. Al igual que recuerdo perfectamente como me colocaba de rodillas, sobre el taburete de mimbre de la cocina de mi madre porque no llegaba al poyete si no lo hacía. Con la paciencia de un santo,  mi madre a ratos y mi abuela a otros ratos, guiaban mis pasos y me corregían a la vez que me explicaban. Sobre todo cuando llegaba el momento de hornearlas, era tan pequeña que no me dejaban ni abrir la puerta del horno para que no me quemara y a todo eso, es a lo que saben estas galletas.

Desde que mis hijos tienen uso de razón, son las galletas que se preparan en casa pero les saben de otoño a invierno, en primavera y verano les gustan más otras cosas. Pablo ya las prepara sin necesidad de que yo lo vigile, tiene un don innato. Sara las prueba porque también le traen recuerdos de su niñez y Juan las saborea y las disfruta más que ninguno. Tanto es así, que con unos dos años y en plena perreta por lo que fuera, yo lo llevaba en brazos, intentando calmarlo, mientras que con la otra mano mecía el carro de Pablo y Sara a trompicones entre un hermano y otro, ayudándome a calmarlos porque las perretas entre hermanos se contagian como las paperas y no había forma. Hasta que en un momento dado en que Juan necesitó coger resuello y atendió a mis preguntas  ¿qué quieres? ¿qué te pasa? y el niño me responde, galletas del cajero.

Para él tenían y tienen tanto valor las cookies de casa que directamente  asoció al horno con un cajero automático porque de allí “salían” sus galletas más preciadas.

INGREDIENTES

  • 125 gr. de azúcar moreno.
  • 230 gr. de harina de trigo.
  • 60 gr. de azúcar blanca.
  • Un huevo.
  • 100 gr. de mantequilla
  • Media cucharadita tamaño moka de levadura química.
  • Unos granos de sal.
  • Una cucharadita tamaño moka de esencia de vainilla.
  • 100 gr. de pepitas de chocolate negro o chocolate negro troceado.

ELABORACIÓN

Lo primero que debemos hacer para que las galletas nos queden perfectas, es disponer todos los ingredientes a temperatura ambiente.

Seguidamente, batiremos con ayuda de unas varillas la mantequilla a temperatura ambiente y los dos tipos de azúcar hasta que estén completamente integrados y tengamos una crema homogénea.

Añadiremos el huevo y mezclaremos bien.

Seguidamente, incorporaremos la esencia de vainilla.

Tamizaremos la harina que previamente la habremos mezclado con la levadura y la sal, y la iremos agregando a la masa hasta que consigamos que se despegue por completo de las paredes.

Añadiremos las pepitas de chocolate y le daremos unas vueltas a la masa hasta integrarlas bien.

Con las manos, iremos haciendo bolitas que después aplastaremos ligeramente, dándoles el tamaño que más nos guste. Recuerden que al meter en el horno, crecen y cogen volumen y las iremos colocando en una bandeja cubierta con papel de hornear.

Meteremos la bandeja en la nevera, esta parte es súper importante para conseguir que nuestras cookies de chocolate, queden crujientes por fuera y tiernas por dentro. Las mantendremos entre 10 y 15 minutos dentro del frigorífico.

Mientras tanto iremos precalentando el horno a 200º calor arriba y abajo. Pasado el tiempo de frío, pasaremos las cookies a una bandeja de rejilla, la meteremos en el horno, y hornearemos durante 12 minutos.

Sacaremos del horno y dejamos reposar en la misma bandeja 5 minutos más.  Pasado ese tiempo, las pasaremos a una rejilla, hasta que enfríen completamente y podamos hacerlas desaparecer.

 

6 opiniones en “Cookies de chocolate”

  1. ¿Cookies? Serán galletas. Llamemos a las cosas por su nombre en español, que tenemos un idioma que es una preciosidad para cambiarlo por otro cualquiera.

    1. Tienes razón en que nuestro idioma es rico y precioso, pero pasa que en el mundo de recetas como en muchos otros, hay productos que se identifican mucho más rápido en otros idiomas y a mi modo de ver, eso nos enriquece. Tanto es así que la RAE ha aceptado palabras como gourmet, cuando en nuestro idioma sería gastrónomo, o las famosísimas crepes francesas, o la palabra snack (también admitida por la RAE) para definir el tan español aperitivo.
      Muchas gracias por tu comentario.

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