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Ternera strogonoff

Cuando era niña me costaba muchísimo comer. En palabras de mi abuela tenía el estómago perdido.

Mi madre inventaba mil maneras de abrirme el apetito, que si jarabes, que si me ponía a masticar chicle media hora antes de sentarnos a la mesa para ir abriendo los jugos gástricos, que si me dejaba llevar toda serie de juguetes a la mesa a ver si entretenida en otra cosa ella podía ir metiendo alimento a cucharadas en mi boca con el disimulo. En días de absoluta desesperación, dejaba incluso que me sentara en el suelo, debajo de la mesa, con la promesa de que me comiera todo lo que había en el plato.

Mi actitud la desesperaba y ahora que soy madre, lo entiendo todo.

Ella se envenenaba y se preocupaba a partes iguales, hasta que descubrió el antídoto y no era otro que si me portaba meridianamente bien, el fin de semana me llevaba al Gallo Feliz en Las Canteras y allí devoraba un solomillo strogonoff con papas fritas. Ella feliz y yo con mi dosis para el resto de la semana de lo único que comía con ganas.

Así que esta receta fue de las primeras que busqué en libros de cocina cuando comenzó mi afición, no es idéntica a la que aún me chifla pero se acerca bastante porque a día de hoy y aunque la prepare para mi prole, suspiro cada vez que paseo por Las Canteras y paso por delante del Gallo Feliz, claro que ahora las ganas de comer y algunos kilitos, sobran.

 

INGREDIENTES:

  • Un kilo y medio de ternera (solomillo o lomo alto)
  • Una cebolla.
  • Una bandeja de champiñones laminados.
  • Medio vaso de brandy.
  • 200 ml. de nata para cocinar.
  • Dos cucharadas tamaño postre de mostaza de Dijon.
  • Un chorrito de salsa Worcestershire (salsa Perrins)
  • Aceite de oliva.
  • Sal gruesa.
  • Pimienta negra.

 

ELABORACIÓN

Comenzaremos cortando la ternera en tiras o cuadros tamaño bocado y salpimentaremos.

 

En una sartén de gran diámetro, pondremos a calentar aceite de oliva y cuando esté caliente, doraremos la ternera hasta que no se vea ninguna parte roja.

 

Mientras salteamos la carne, iremos cortando en pedazos pequeños la cebolla.

Cuando ya la carne está dorada, la retiraremos del fuego y reservaremos aparte. En la misma sartén donde hayamos salteado la carne, pocharemos la cebolla a fuego medio hasta que se quede transparente. En ese momento, verteremos el medio vaso de brandy y subiremos a fuego alto para que alcohol se evapore.

Mientras tanto, iremos lavando bien los champiñones y una vez evaporado el alcohol, los añadiremos a la sartén.

Volveremos a bajar el fuego a potencia media y lo mantendremos así, hasta que los champiñones se vayan reduciendo hasta la mitad, más o menos, del volumen.

A partir de ese momento, verteremos la nata y mezclaremos bien hasta que quede todo integrado.

Seguidamente incorporaremos las dos cucharadas tamaño postre de mostaza de Dijon.

Volveremos a mezclar hasta integrarlo todo, siempre manteniendo la temperatura a fuego medio. Añadiremos ahora un chorrito de salsa Worcestershire y volveremos a mezclar.

Y ya solo nos quedará, incorporar la ternera que teníamos reservada, dejaremos el fuego a potencia media, taparemos y calcularemos 8 minutos. Es conveniente remover de vez en cuando.

Pasado ese tiempo, tendremos lista nuestra ternera strogonoff y lo ideal es acompañarla de arroz blanco o papas hechas de cualquier forma. No se olviden de un buen pan para limpiar la salsa del plato.

 

 

6 opiniones en “Ternera strogonoff”

  1. ¡Madre mía, qué recuerdos¡ Yo también iba con mucha frecuencia al Cerdo que Ríe y El Gallo Feliz y disfrutaba del Solomillo Strogonoff flanbeado. Durante años me fijaba en cómo lo hacían, para tratar de reproducirlo en casa. Ellos, en vez de aceite de oliva, usaban mantequilla. Creo recordar que también usaban un poco de Maizena para engordar la salsa, aunque no recuerdo bien cuándo se echaba. Además de la salsa Perrin le añadían salsa HP. Y si no me equivoco, también le añadían una yema de huevo unos minutos antes de retirarlo. Es fundamental que la carne sea de Solomillo de buena calidad, sin tendones, y al pasarlo por la sartén tiene que ser vuelta y vuelta, sin estar demasiado tiempo, pues de lo contrario se pondría correosa. Yo llegué a reproducirla casi igual (fueron años de observación), y cuando lo hacía en una cena de amigos, los comensales disfrutaban enormemente; y yo más, claro. Me he propuesto hacerla tal cual la expones aquí. ¡Muchas gracias!

      1. Sí, sí que me acuerdo, Vanesa. Te hacían este plato y otros varios en el carrito con la bombona de gas camuflada (creo que era una Butsi), que siempre lo teían en una de las esquinas. Por cierto, también me encantaba los Entremeses Variados de Lujo, como entrante. Te felicito por la publicación. Te acabo de descubrir y te seguiré de cerca. Felicitaciones.

        1. Bueno, bueno, bueno, lo de los entremeses es de otro planeta!!! Somos auténticos siameses culinarios!! Muchas gracias por tus palabras, no sabes cuánto emocionan!!! Y espero no defraudar! Te adelanto que la próxima semana se caerá por aquí un apple strudel.

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