Ternera strogonoff
Cuando era niña me costaba muchísimo comer. En palabras de mi abuela tenía el estómago perdido.
Mi madre inventaba mil maneras de abrirme el apetito, que si jarabes, que si me ponía a masticar chicle media hora antes de sentarnos a la mesa para ir abriendo los jugos gástricos, que si me dejaba llevar toda serie de juguetes a la mesa a ver si entretenida en otra cosa ella podía ir metiendo alimento a cucharadas en mi boca con el disimulo. En días de absoluta desesperación, dejaba incluso que me sentara en el suelo, debajo de la mesa, con la promesa de que me comiera todo lo que había en el plato. Continuar leyendo «Ternera strogonoff»