Siempre he vivido rodeada de futboleros, cuando niña tanto mi padre como mi madre eran forofos de la Unión Deportiva y del Real Madrid. A tope. Y el sentido del humor, cada fin de semana durante la liga, dependía en buena medida del resultado de Las Palmas. Si el Madrid también perdía, hasta bien entrado el martes noche o ya en el miércoles por la mañana, mi padre no iba recuperando el habla y mi madre la sonrisa.
Si ambos equipos ganaban, los ánimos estaban dispuestos a todo y como hijas, podíamos sacarles lo que nos diera la gana que sabíamos que teníamos el sí.
A la Unión Deportiva cuando jugaba en casa, se le iba a ver al Estadio Insular y como yo era la de en medio de tres niñas, resultaba que la mayor, por mayor, hacía lo que le daba un poquito la gana y se negaba a ir al fútbol.
La pequeña por pequeña, se quedaba en casa, porque bastaba con que dijera que el fútbol era aburrido para quedarse en casa con mi abuela jugando a los Pin y Pon.
Yo, la de en medio, la que nunca decía que no, allá que iba por Más de Gaminde, con mi padre de la mano, saludando a unos en La Cuadra, a otros en el Pagasarri y al resto en Las Rejas, para luego ponernos en cola, en escalera, mientras el humo de los cigarros, iba templado los nervios del comienzo. Eso, más la humacera del calamar seco, nos iba metiendo en ambiente.
Una vez dentro, otra cola infinita para llegar a la cantina para que mi padre, chantaje mediante, me comprara un paquete de papas La Canaria y un Nik de naranja en botella de cristal y con pajita.
Cuando por fin llegábamos a nuestros huecos en la grada, saludábamos con afecto y familiaridad a los de delante, los de detrás y los de los lados, porque cada quince días compartíamos latidos de corazón y eso, une mucho. Emoción, gritos, cánticos y para casa.
Felices si ganaban, en silencio y malhumor si perdían.
Cuando jugaba el Madrid, era otra cosa, también había muchísima tensión, pero controlada.
Si se televisaba, mi madre montaba unos aperitivos increíbles y siempre, siempre, siempre, una tortilla a la paisana.
Ingredientes para que conseguir una tortilla a la paisana perfecta:
- Cuatro papas medianas.
- Una cebolla pequeña.
- Medio pimiento rojo.
- 100 gr. de guisantes.
- 100 ml. de aceite de oliva.
- Agua.
- Seis huevos.
- Un chorizo (mejor si es asturiano)
Cómo hacer una tortilla a la paisana:
- Comenzaremos cortando en pedacitos la cebolla y el pimiento rojo.

2. Seguidamente, en una sartén con diámetro grande, pondremos a calentar el aceite de oliva.

3. Cuando esté caliente, sin dejar que llegue a humear, sofreiremos la cebolla a potencia de calor, media- baja.

4. Cuando la cebolla comience a reblandecerse, incorporaremos el pimiento y sofreiremos a la misma potencia, durante unos cinco minutos más.

5. Mientras se hacen la cebolla y el pimiento, pondremos en un cazo agua a hervir para guisar los guisantes.

6. También entre tanto, iremos pelando y cortando en lascas finas, las papas.

7. Cuando ya tengamos la cebolla y el pimiento en su punto, añadiremos las papas a la misma sartén, sin retirar ni la cebolla ni el pimiento.

8. Mezclaremos todo muy bien y pondremos la potencia del calor entre el 3 y el 4. Taparemos y dejaremos que las papas se vayan guisando. Este proceso tardará unos 15 minutos e iremos removiendo el conjunto cada cierto tiempo.

9. Cuando rompa a hervir el agua, incorporaremos los guisantes y los tendremos guisando durante 10 minutos.

10. Mientras se hacen las papas y los guisantes, dispondremos en una fuente ancha y grade, los huevos y los batiremos bien.

11. En una tabla de corte, dispondremos el chorizo, le retiraremos la piel, los partiremos en pedacitos y los incorporaremos a los huevos batidos.
12. Cuando finalice el tiempo de cocción de los guisantes, los escurriremos hasta que estén secos y los añadiremos a los huevos y el chorizo.

13. Una vez tengamos la mezcla de papas, cebolla y pimiento lista, la incorporaremos a la mezcla de huevos, chorizo y guisantes.

14. Mezclaremos bien hasta integrarlo todo.

15. En este punto ya podremos ir encendiendo el horno a 180º calor arriba y abajo.
Ahora prepararemos la fuente, apta para horno, donde cuajaremos la tortilla, a mi particularmente me gusta utilizar molde cuadrado, pero pueden usar el que más les guste.
El molde lo forraremos con papel vegetal o de hornear, para que nos sea más cómodo y limpio, a la hora de desmoldar la tortilla.

16. Introduciremos el molde con la tortilla en el horno y calcularemos 15 minutos, manteniendo la misma potencia y función.

17. Pasados los 15 minutos, retiraremos del horno y esperaremos unos dos minutos antes de desmoldarla.

18. Levantaremos el papel de hornear con la tortilla y con cuidado la deslizaremos sobre el plato o bandeja en que vayamos a servirla y estará lista para disfrutarla.
Espectacular y suculenta….muchas GRACIAS
Muchas gracias!!!!
Buenos dias gracias por tus recuerdos porque me has llevado a mi infancia dinde casi me vi retratada Nosotros íbamos a todos esos restaurantes y además al Bar Viena que estaba en la esquina del estadio. También recuerdo no ver casi el partido sino pendiente del ambiente .Y gracias por esa superreceta la haré Saludos
Cierto! El bar Viena era otra parada, la última antes de ponerte en cola, y por supuesto la primera cuando salíamos con la victoria!! Muchas gracias por tu comentario, Reyes!
Sin duda una buena elección.
Receta muy fácil de hacer, con unos ingrediente fáciles de encontrar y sencillos pasos que nos indica Vanesa. Mis comensales quedaron muy contentos con el resultado de mi tortilla paisana al horno. Repetiré esta receta sin duda.
¡¡MUY RICA!!!
Muchas gracias Lola!!!! Me alegra muchísimo que la disfrutaran!!!