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Entrantes navideños

Pues hoy nos tocan los entrantes navideños y he de confesarles que son mis grandes favoritos de estas Fiestas. De hecho, después de estos, no suelo ser capaz de seguir adelante con el resto del menú y el principal y el postre, me los guardo para el día siguiente. Porque estos entrantes están tan, tan, tan tan buenos que es mi estómago el que me saca la indicación de stop. Incluso, haciendo la trampa de desabrochar el pantalón. Aquí les dejo a modo de sugerencia, la sutileza de una quiche con la verdura más invernal que existe para mí que no es otra que la calabaza. Un pudin de espárragos, sorprendente, maravilloso y súper digestivo. La receta de unos ideales y sugerentes flanes de puerro, queso y bacon y por último, el imprescindible timbal de gambones, aguacate y manga.

 

QUICHE DE CALABAZA, ESPINACAS Y QUESO FETA

Se que no es habitual encontrarte muchos platos de verduras en las mesas de las entrañables fiestas navideñas, pero en mi casa es al contrario. O de primero o de guarnición, nunca faltan las verduras y además, nos gusta ponerle imaginación y jugar con los ingredientes de temporada. Aparte,  se convierten en un auténtico oasis de sabor y digestión entre el resto de, normalmente, copiosos platos navideños.

Porque en mi casa las tradiciones están bien arraigadas y lo mejor de todo, es que los más pequeños ya las han hecho suyas.

En mi casa el árbol y el portal de Belén tienen que estar montados antes de que termine el puente de diciembre, pero el Niño no se coloca hasta las 12 de la noche del 24 de diciembre. Las truchas también las empezamos a hacer por esas fechas. Los niños celebran desde pequeñitos el adviento, dándole al adviento el significado que tiene, más allá de una caja con chocolatitos. Mi padre preside las cenas y los almuerzos y para la ocasión, se pone corbata pajarita. Mi madre comienza a hacer el caldo un día antes  y todo lo que se cocina, se compra la misma semana porque todo tiene que ser fresco. La sobremesa de Nochebuena la pasamos entonando villancicos y esperando la visita de Papá Noel a los más pequeños. La Navidad siempre la disfrutamos en Valsequillo, con la familia paterna. Más villancicos y partida de Trivial con la que mortificar a los perdedores hasta las siguientes Navidades. En Fin de Año todo es más festivo pero las uvas, los brindis y los papelitos con los buenos deseos, no pueden faltar, como la canción de Mecano que mi padre siempre la pincha después de “tragarnos” las uvas. Puedes salir de fiesta, pero el año comienza en familia, juntos y revueltos. Las campanadas, las de Canarias. El 1 de enero te dejan cierto aire pero si llamas a los papis, su banda sonora de fondo es el Concierto de Año Nuevo en Viena mientras se recomponen de la fiesta. La víspera de Reyes, en casa de mi hermana a merendar y el Día de Reyes nos volvemos a juntar. El árbol y el Belén desaparecen la misma noche del 6. Y entre todo esto, como mínimo, un plato de verduras con el que hacer “respirar” la digestión. Y este año, siguiendo tradición, estas serán las verduras que nos acompañen en nuestra aventura navideña.

 

INGREDIENTES:

 

  • Dos huevos.
  • 200 ml. de nata para cocinar.
  • Medio vaso de leche.
  • Dos dientes de ajo.
  • 300 gr. de calabaza
  • 200 gr. de queso feta.
  • Tres manojos de espinacas.
  • Sal gruesa.
  • Pimienta negra.
  • Aceite de oliva.
  • Una masa brisa.

ELABORACIÓN:

 

Comenzaremos pelando, lavando y cortando la calabaza en dados.

 

Picaremos los ajos, retirándoles el germen, en pedacitos pequeños.

 

En una sartén con buen diámetro, sofreiremos los ajos, sin dejar que lleguen a tomar color.

 

Mientras tanto, encenderemos el horno a 200º calor arriba y abajo porque la masa brisa, debemos de hornearla  unos minutos para que no se nos quede cruda. Para ello, en una fuente de horno, colocaremos un papel de horno y sobre éste la masa a la que daremos forma por los bordes y la pincharemos por toda la superficie para que no se nos infle.

 

Sobre toda la superficie, colocaremos garbanzos crudos para que la masa ni se infle, ni pierda la forma. Hornearemos durante 10 minutos. Una vez pasados los 10 minutos, sacaremos del horno, retiraremos los garbanzos y reservaremos la masa hasta el momento de utilizarla. Los garbanzos pueden guardarlos para futuras elaboraciones de quiches.

 

Mientras la masa se hornea, saltearemos junto con los ajos, la calabaza. Esto lleva algo de tiempo ya que debemos hacerlo a potencia media de calor. Las tendremos así durante unos 10 minutos más o menos, hasta que aprecien que la calabaza se reblandece.

 

Conseguido el punto de la calabaza, añadiremos las espinacas, cortadas y sin el centro.

 

Seguiremos manteniendo a potencia media, hasta que las espinacas se guisen. Una vez las tengamos en su punto, pasaremos el conjunto por un escurridor para retirar el exceso de líquido.

 

Mientras escurre la verdura, en una fuente batiremos los  huevos.

 

Una vez batidos y en otra fuente, verteremos la leche.

 

Añadiremos los huevos a la leche y también verteremos la nata. Batiremos bien con unas varillas hasta integrarlo todo.

 

Añadiremos las verduras a la mezcla y removeremos bien hasta que toda la verdura se hidrate por completo. Este es el momento exacto para añadirle un toque de pimienta negra.

 

 

En un recipiente aparte, incorporaremos todo el queso feta y con la ayuda de un tenedor lo iremos escachando ligeramente.

 

Añadiremos el queso a la mezcla anterior y lo repartiremos bien por todo el conjunto.

 

Rellenaremos con toda la mezcla la masa brisa que teníamos reservada y volveremos a meter en el horno a 200º calor arriba y abajo, durante 18 minutos. Es importante ir vigilando la quiche para que no se nos queme, desde que la vean dorada por la superficie y el relleno cuajado, podemos retirarla del horno.

 

Una vez la retiremos del horno, dejaremos reposar unos minutos, retiraremos el papel de hornear y la serviremos.

 

PUDIN DE ESPÁRRAGOS

Este es un plato estrella en las Fiestas Navideñas. Sorprende y gusta tanto y es tan sencillo de hacer que mucho me temo que se convertirá en una receta cotidiana tan pronto como la prueben. Fresco, sano, aparente, suave y delicioso. Además recuerdo ya con cierta nostalgia que era la receta ideal cuando los niños eran aún pequeños porque la preparabas el día antes la dejabas en la nevera y el mismo día la desmoldabas. Eso me dejaba tiempo para llevarlos de paseo o de merendola navideña. Tiempo para ir a visitar el Belén de San Telmo, para montarnos en los cochitos que a modo de mini feria disponían por la ciudad durante las fechas navideñas. Para ir al Belén de arena de Las Canteras cuando ya caía la tarde y de vuelta a casa,  pasearnos bajo el alumbrado navideño. Ellos fascinados y yo tranquila porque el telonero del menú ya estaba listo y les aseguro que brillaba tanto como cualquier súper star.

 

INGREDIENTES:

 

  • Dos tarros de puntas de espárragos. (410 gr. ya escurridos)
  • Cuatro huevos.
  • 410 gr. de leche evaporada.
  • Sal y pimienta negra.
  • Cuatro rebanadas de pan de molde.
  • Ocho lonchas de salmón ahumado.

 

ELABORACIÓN:

Es bien sencilla y comenzaremos encendiendo el horno a 180º calor arriba y abajo. Mejor si activamos el ventilador. Escurriremos muy bien los espárragos del agua en le que vienen envasados.

 

En un vaso de batidora, incorporaremos las puntas de espárragos escurridas en el fondo.

 

Seguidamente verteremos la leche evaporada e incorporaremos las rebanadas de pan de molde partidas en trozos.  Añadiremos los huevos y salpimentaremos al gusto.

 

Batiremos enérgicamente hasta obtener una crema.

 

En un molde para horno, mejor si es con forma alargada, colocaremos un papel vegetal de cocina para evitar que el pudin quede pegado en las paredes del molde. Verteremos la crema resultante sobre el mismo.

 

En otro recipiente para horno donde nos cercioremos que cabe el molde que contiene la crema, verteremos agua hasta la mitad de la capacidad del mismo. Porque el pudin lo cocinaremos al horno con la técnica del baño maría. 

 

Introduciremos el molde con la crema dentro del molde con el agua e introduciremos al horno durante una hora a la misma temperatura y con la misma función a la que hemos calentado el horno.

 

Pasada la hora, retiraremos las bandejas del horno y dejaremos atemperar el pudin, dentro del molde y del recipiente con el agua. Pasadas unas dos horas ya podremos guardar en nevera el recipiente con el pudin. Lo ideal es que repose durante toda la noche antes de desmoldarlo.

 

Ya en el momento de servir, voltearemos con cuidado el molde sobre la bandeja en que vayamos a servir el pudin y cubriremos éste con lonchas de salmón ahumado. El salmón es opcional pero les aseguro que la combinación esté deliciosa. Si prefieren no ponerle salmón, acompañen el pudin de mayonesa.

 

FLANES DE QUESO, PUERRO Y BACON

 

Los flanes salados son mi perdición. Desde el día que di con las cantidades exactas para que cuajaran, son un clásico en Navidades y en comidas o cenas donde quieres sorprender y sorprenderte. La receta la tomé prestada de una revista que ojeaba hace algunos años, mientras esperaba a que las mechas tomaran color en mi pelo. Tenía un pacto con mi peluquera y consistía en que si yo arrancaba la hoja y la receta daba buenos resultados, tenía que llevarle un tuper con la prueba y por supuesto, la fotocopia de la hoja. Hoy es más sencillo, con una foto del móvil le vale.

De aquella hoja, que todavía conservo, salieron estos flanes. A veces cambio los ingredientes principales, siempre una proteína y un vegetal, el resto y sus cantidades son inamovibles.

Si hacen caso a la receta, les garantizo que les quedarán perfectos y el efecto será algo así como irte de últimas rebajas y encontrar tirado de precio lo que llevabas anhelando toda la temporada, porque además de que no entrañan ninguna dificultad, son súper económicos y saben y parecen algo súper exclusivo.  No se los pierdan e invítenlos estas Fiestas a su mesa.

INGREDIENTES (para cinco flanes)

 

 

  • Un puerro.
  • Un huevo.
  • 100 ml. de leche.
  • Una cucharada sopera de harina.
  • 80 gr. de bacon.
  • 80 gr. de queso Gouda, Emental o Gruyere.
  • Sal gruesa.
  • Pimienta negra.

 

ELABORACIÓN:

 

Comenzaremos cortando el puerro en pedacitos, solo la parte blanca.

 

Dispondremos todos los trocitos de puerro en un caldero pequeño y lo cubriremos de agua y un toque de sal gruesa. Lo llevaremos a ebullición durante dos minutos.

 

Pasados los dos minutos, retiraremos del calor y escurriremos completamente el agua. Los dejaremos en el escurridor hasta el momento de utilizarlos.

 

En un recipiente, batiremos el huevo.

 

Verteremos la leche sobre el huevo y volveremos a batir hasta integrar ambos.

 

Añadiremos la harina, previamente tamizada, a la mezcla y volveremos a batir hasta integrarlo todo.

 

Añadiremos ahora los ingredientes sólidos, comenzando por el bacon.

 

Seguiremos con el queso, que lo habremos cortado o rallado, vale de las dos formas.

 

Y por último incorporaremos el puerro. Este será el momento idóneo para ir encendiendo el horno a 180º calor arriba y abajo.

 

Mezclaremos bien con la ayuda de una espátula y añadiremos al gusto, un toque de pimienta negra.

 

Ahora llega el momento más delicado de la receta ya que hornearemos nuestros flanes al baño maría. Para ello, dispondremos una fuente amplia de horno con agua hasta más o menos la mitad de su capacidad. Dentro de esta colocaremos los recipientes o el recipiente para hornear flanes. El ideal porque además nunca se pegan, es el de silicona, aún así, los engrasaremos ligeramente con aceite de oliva o mantequilla.

 

Añadiremos la mezcla hasta casi el borde, sin que rebose.

 

Meteremos en el horno y calcularemos 20 minutos a la misma temperatura y función. De todas maneras, pueden hacer la prueba del cuchillo hasta que salga limpio y apreciarán también, que por la superficie, van tomando un color dorado cuando ya están cuajados.

 

Desmoldaremos con cuidado de no quemarnos y serviremos sobre la marcha.

 

TIMBAL DE GAMBONES, AGUACATES Y MANGA.

 

El timbal es el telonero ideal como preámbulo a lo que sucederá durante las cenas de estas fiestas. Es esa pequeña melodía que comienzas a escuchar y te va gustando. La ración exacta, que nos va equilibrando el paladar entre lo dulce, lo  agrio y lo salado.

Te quedas con ganas de más pero hay que dejar espacio y emoción para el resto del concierto.

 

 

INGREDIENTES PARA CUATRO PERSONAS:

 

  • 12 gambones crudos.
  • Un aguacate grande.
  • Una manga grande.
  • Aceite de oliva virgen.
  • El zumo de un limón.
  • Unas hojas de cilantro fresco.
  • Unas gotas de Tabasco.
  • Una cebolla morada pequeña.
  • Sal gruesa.
  • Pimienta negra.

 

 

 

ELABORACIÓN:

 

Comenzaremos poniendo agua a hervir con un buen puñado de sal gruesa. Una vez rompa el hervor, escaldaremos los gambones durante tres minutos.

 

Una vez pasen los tres minutos de cocción, pasaremos rápidamente los gambones a un recipiente de agua fría con hielo. Sumergiremos los gambones en este recipiente durante dos minutos más. La idea es que no se cuezan del todo, porque se terminarán de hacer en la vinagreta que acompañará al timbal.

 

Pelaremos y reservaremos en frío.

 

Seguidamente comenzaremos a montar nuestro timbal. Para ello, pelaremos la manga y la cortaremos en cuadraditos pequeños. Colocaremos en el plato en que vayamos a servir el timbal, un aro o molde de emplatar y en la base colocaremos la manga cortada.

 

Ahora seguiremos elaborando la vinagreta, para ello, exprimiremos el zumo de un limón al que le añadiremos unas gotitas de Tabasco, cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen y salpimentaremos. Mezclaremos bien hasta que emulsione.

 

Para finalizar con la vinagreta, añadiremos a ésta las hojas de cilantro fresco picadas. Mezclaremos.

 

 

Una vez tengamos la vinagreta lista, pelaremos el aguacate, lo cortaremos en trocitos parecidos a los pedazos en que hemos cortado la manga y los dispondremos en un recipiente. Haremos lo mismo con la cebolla morada ya la incorporaremos al recipiente donde tenemos cortado el aguacate.

 

A esta mezcla le añadiremos dos cucharadas soperas de la vinagreta y mezclaremos bien.

 

La mezcla resultante, la colocaremos por encima de la manga, manteniendo siempre el molde de emplatar hasta finalizar con la realización del plato.

 

Por último, mezclaremos los gambones cortados en pequeños pedazos con el resto de la vinagreta para que los gambones se terminen de “cocinar” en la vinagreta. Mezclaremos bien durante un minuto sin dejar de remover, escurriremos el exceso de líquido y coronaremos por encima del timbal.

 

Retiraremos el molde de emplatar y si quieren pueden terminar colocando con cuidado un gambón entero por encima. Solo a efectos decorativos ya que el timbal en su conjunto, explota en sabor.

 

 

 

 

 

 

 

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