Publicado el

Deliciosas alitas de pollo

Ya he contado alguna vez que de niña tenía intolerancia a la lactosa. Esa condición me hacía un pelín diferente al resto. Mi madre, muy sabia ella, para evitar incidentes me decía que no podía comer nada de nadie, ni en los recreos, ni en los cumpleaños, ni en casa de quien fuera. Además añadía, que si se me ocurría hacerlo me podía quedar con cara de monstruita y llevarme un susto más fuerte que el de las películas de miedo. Y yo era muy miedosa. Ella dio con el antídoto y rara vez tuvo que correr conmigo por una crisis.

Pasaron los años y cientos de vacunas y la intolerancia se fue disipando, no del todo pero prácticamente puedo comer de todo hoy en día. Otra cosa es el rechazo psicológico que me dan ciertos alimentos porque la asociación ahí sigue…. Afortunadamente hoy en día todos los alimentos traen su etiqueta y es mucho más sencillo de llevar. Otra cosa es el desconsuelo, para eso poco remedio. Yo me sentaba en el recreo al lado de quien llevara un bocata de Nocilla, fuese amiga o no. Con el aroma ya me quedaba tan feliz como el niño del anuncio.

Y a día de hoy lo que más sucede es que empatizo automáticamente con quien tiene alergias,  intolerancias alimenticias, celiaquía, etc. Y en el top tengo a Elena, hija de mi amiga Rosi y compañera de mi hijo el mediano desde que empezaron su andadura escolar. La veo y me veo a mí hace más de treinta años. Sin protestar, comiendo diferente al resto pero oliendo y viendo lo que los demás pueden comer. Así que cuando Elena viene a casa, primero se piensa en ella porque cuando conoces o te acercas a lo que ella puede estar sintiendo, solo quieres preparar recetas como ésta. Libres de gluten. Cuando ella la pruebe, sé que le va gustar y cuando sonría sé que será igual de feliz que el niño de la Nocilla.

INGREDIENTES

  • Medio kilo de alitas de pollo.
  • Media cucharadita tamaño moka de pimentón picante.
  • Un diente de ajo sin el germen.
  • Una cucharada tamaño postre de orégano.
  • Una cucharada tamaño postre de tomillo.
  • Sal gruesa.
  • 50 ml. aceite de oliva.
  • Harina de garbanzo.

ELABORACIÓN

Esta receta se comienza a hacer el día antes dado que tenemos que dejar las alitas macerándose durante 24 horas. Para ello, colocaremos las alitas en un recipiente donde queden bien ajustadas para que el macerado las empape correcta y uniformemente.

Seguidamente prepararemos el macerado y para ello utilizaremos un vaso de batidora donde verteremos primero,  50 ml de aceite de oliva.

Añadiremos al aceite el pimentón picante y el orégano.

Haremos lo mismo con el tomillo.

Incorporaremos el diente ajo al que previamente le habremos retirado el germen central.

Y rectificaremos de sal gruesa al gusto.

Batiremos enérgicamente hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados e integrados. Con el macerado resultante, bañaremos las alitas.

Moveremos bien para que bañe todo el conjunto, cerraremos el recipiente y lo mantendremos en la nevera durante 24 horas.

Pasadas las 24 horas y cuando ya queremos cocinarlas, primeramente encenderemos el horno a 180º de temperatura, función calor arriba y abajo. Mientras que el horno toma temperatura, dispondremos en un recipiente harina de garbanzo, sacudiremos ligeramente las alitas del exceso de macerado y las cubriremos de una capa muy ligera de harina de garbanzo.

Una vez las tengamos todas pasadas por la harina, las dispondremos en una bandeja apta para horno.

Introduciremos las alitas en el horno, durante 30 minutos a 180º calor arriba y abajo y colocaremos la bandeja a altura media.  Pasados los 30 minutos, subiremos la potencia a 220º y llevaremos la bandeja a la parte más alta del horno, durante 10 minutos más.

El resultado serán unas alitas con un sabor impresionante y potente, envueltas en un suavísimo crujiente y sin nada que envidiarle a cualquier otras alitas que lleven gluten.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.