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Mus de yogur y mango

Cuando era niña, en casa teníamos por costumbre terminar la comida con algo dulce. Unos días podía ser un postre trabajado, con su tiempo preciso y sus medidas exactas. En otras, que eran la mayoría, con un bollito de anís a la vez que tomaban los adultos el café o el buchito como mi abuela lo llamaba ya dábamos por finalizado el almuerzo y después tocaba tele novela o serie, según la tendencia. Eso sí, o tomabas fruta antes del trocito dulce o no te levantabas de la mesa. Te podía dar la hora de la cena sentada con el plato delante, pero el puré de primero y la fruta antes del dulce, eran innegociables. O te los comías o te los comías. Hasta que un día en donde ya mi abuela había depositado en mí cierta confianza gastronómica y se comía algunas de mis ocurrencias, la convencí para unir dos pasos en uno: fruta y dulce. A la vez y de una tacada. Y el buchito de café como cierre. Sus indicaciones fueron que no tuviera demasiada azúcar y que la fruta no podía ser sucedáneo, ni de lata, ni congelada y además de temporada y del país (como ella llamaba a lo que comúnmente se conoce hoy como producto de cercanía)

Como resultado a su confianza este mus que hoy les traigo. En este caso con mangas haciéndole honores a mi abuela con fruta de aquí y en plena temporada.

 

INGREDIENTES:

  • Dos mangas medianas.
  • El zumo de un limón.
  • Una rama de canela.
  • Tres cucharadas soperas de azúcar morena.
  • Un yogur natural no azucarado.
  • 150 gr. de queso crema (tipo Philadephia)
  • Dos claras de huevo.

 

ELABORACIÓN:

Comenzaremos preparando una especie de compota con las mangas. Para ello las cortaremos en pedacitos.

 

En un cazo, dispondremos toda la manga cortada y reservaremos en nevera unas dos cucharadas soperas de maga cortada porque la utilizaremos al final para decorar el postre.

Sobre la manga que tendremos en el cazo, verteremos el zumo de un limón.

Incorporaremos una cucharadas sopera de azúcar y una rama de canela al cazo.

Lo pondremos a fuego medio-suave durante 10 minutos y daremos vuelta con cierta frecuencia. La idea es conseguir una especie de compota de manga y verán como pasados los 10 minutos la cocina se llenará de ese aroma a compota que se le da a los bebés. Una vez pasados los 10 minutos, retiramos del fuego y dejamos atemperar.

 

Mientras se atempera la compota, iremos haciendo el mus. Para ello, batiremos las dos claras a punto de nieve hasta que estén firmes. Lo mejor es hacerlo con varillas eléctricas pero si no dispusieran de unas pueden hacerlo con varillas manuales pero les llevará más tiempo.

 

Una vez tengamos las claras montadas, añadiremos las dos cucharadas de azúcar moreno restantes y batiremos de nuevo hasta integrar el azúcar.

En un recipiente aparte mezclaremos el queso y el yogur y batiremos hasta integrar ambos.

 

Una vez los tengamos bien integrados, lo añadiremos a las claras a punto de nieve y mezclaremos con movimientos envolventes para que no pierda cuerpo el mus.

 

Y ya podemos empezar a montar nuestro postre. Para ello, retiraremos de la compota la rama de canela.

Dispondremos en vasitos o en las copas donde vayamos a servir nuestro postre, la compota hasta cubrir el fondo del recipiente.

Sobre la compota iremos vertiendo el mus con ayuda de una cuchara de postre haciendo como rulos o con una manga pastelera si quieren que quede más aparente.

 

Decoraremos por encima con los trocitos de mango que habíamos reservado y a la nevera, mínimo tres horas antes de alegrarnos el paladar.

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