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Rigatoncini del Cestello

Esta receta nace en el restaurante Il Cestello en Florencia, está más que rica, es absolutamente deliciosa y sabrosa pero yo no he estado en Il Cestello, para mí la historia de esta receta está mucho más cerca y tan cerca, que ya me rondaba antes de nacer.

Todo empezó en la pandilla de mi padre, la pandilla de la playa, de la playa de Las Canteras. Aún hoy es asombroso ver como mantienen el contacto y el cariño intactos y casi que nunca falla que te cuenten aquellas historias cada vez que se encuentran… En aquella pandilla cabían todos los del barrio, los de Playa Chica, para mÍ sería imposible nombrarlos a todos aunque he crecido escuchando sus nombres. Entre todos y entre tantos, estaban las hermanas Orihuela a una de ellas la quiero con especial devoción y a las demás me las llevaría conmigo a donde fuera porque no saben vivir sin pasarlo bien, no saben verte sin decirte un piropo sincero, no saben como no darte más cariño  y a cada cual más guapa por fuera y por dentro.

Pasaron los años y el caprichoso destino volvió a unir a una de ellas con mi familia. El caso fue que mi hermana compartía aula con uno de los niños Orihuela y cada día cogían juntos el micro y cada día se veían en la clase y cada día fueron creciendo mientras se fueron haciendo grandes amigos y tan grandes porque un día cualquiera en ese patio de recreo a mi hermana le partieron las paletas con un stick de hockey y allí estaba el niño Orihuela recogiendo pedazos de dientes, mientras ayudaba, consolaba y cuidaba de su amiga.

Siguieron pasando los años, cada uno tomó su camino pero volvieron los caprichos del destino y se encontraron ya no siendo niños otro día cualquiera. Que si una cañita que si un paseíto y dos años más tarde se casaban. Mi padre, el padrino, Orihuela, la madrina más guapa y orgullosa que he visto jamás. Y hoy pienso cuando veo esas fotos de la pandilla que quien le iba a decir a Feluco y a Inma que acabarían siendo consuegros…. Que quien nos iba a decir a nosotras, hermanas mayores que recogíamos solícitas a la peque que aquel niño acabaría siendo nuestro cuñado, aquel que asustado preguntaba un día tras otro por los dientes de su amiga.

Entre tanto nunca dejamos de vernos en la playa, en nuestra playa que ha sido testigo de como nos íbamos haciendo gente. Allí delante del muro Marrero, esperando a que baje la marea para dar un paseo o llegar nadando hasta la barra. Hoy nos seguimos juntando, los padres, los hijos y sumando nietos. Hoy con la excusa de bebernos un buen vino o de vernos por que sí, surgen intercambios de cosas bonitas y ricas, así que esta receta estaba esperando por mí y es tan auténtica y deliciosa como cada una de las Orihuela.

INGREDIENTES

  • 500 grs de Pasta (macarrones) y si son Garofalo, los mejores. Hasta donde yo sé los pueden encontrar en Spar o en El Corte Inglés.
  • 200 grs de Panceta (cuando cocino la pasta y lleva bacon prefiero sustituirlo por panceta)
  • 1 Guindilla
  • 30 grs de Mantequilla
  • 1/2 vaso de Vodka
  • 200 ml de Nata
  • 50 grs de queso Parmesano recién rallado (si consiguen queso Pecorino, mejor que mejor)
  • 3 Tomates maduros pelados y sin pepitas

NO DEJEN DE HACERLA PORQUE LES GARANTIZO QUE NUNCA DEJARÁN DE HACERLA….

Como la pasta no tarda mucho en hacerse, prefiero empezar a explicarles cómo hacer la salsa, así que empezaremos a escaldar los tomates durante 1 minuto en agua hirviendo, pasado ese minuto los metemos rápidamente en agua fría y ya podremos pelarlos con mucha facilidad. Retiramos también las semillas y cortamos en cuadraditos.

Ahora partiremos también en pedacitos la panceta y muy menuda la guindilla.

Con parte de los ingredientes ya preparados, pondremos a derretir en un caldero la mantequilla, es importante que esto lo hagamos con el fuego a baja temperatura porque si se quema el sabor que dejará a nuestro plato es horroroso.

Una vez derretida, añadiremos la panceta junto con la guindilla y la saltearemos un ratito a fuego medio en la mantequilla.

Una vez tome color la panceta, añadiremos los tomates y seguiremos unos dos minutos a fuego medio para después echar el medio vaso de vodka y subir el fuego al máximo para que se evapore el alcohol.

Cuando veamos que empieza a desaparecer el líquido, echamos la nata y dejamos a fuego bajo, manteniendo el calor y removiendo de vez en cuando mientras cocemos la pasta.

Para cocer la pasta unos pequeños truquitos. No echar la pasta a cocer hasta que el agua no hierva a borbotones, echar abundante sal gruesa y nunca jamás poner aceite al agua mientras la pasta se cuece.

El tiempo de cocción, el que indique el fabricante. Una vez pasado ese tiempo, escurriremos sin dejar de hacerlos saltar en el escurridor y sobre la marcha echar en el caldero de la salsa y mezclarlo. La pasta no se debe de pasar por agua fría una vez terminada su cocción. Lo ideal es hacerlo como se los he ido explicando, prácticamente hacer la salsa primero, mantenerla en caliente y desde que esté la pasta ya guisada, escurrirla muy ligeramente y unir sobre la marcha con la salsa.

Ahora rallaremos el queso y a la mesa a servirlo al gusto del consumidor….

Y que viva el destino cuando trae cositas tan buenas!!!!

 

 

 

 

 

 

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