Pollo con salsa de ajo y miel

Así a primera vista,  pudiera ser que esta receta no te dijera nada y no llamara tu atención pero lamento decirte que te estarías equivocando. No solo está deliciosa sino que el pollo queda con una textura y con una suavidad impresionantes. Además no conozco a nadie que la haya probado y no le haya gustado, incluyendo a los que nos les gusta el pollo. Fácil de hacer, versátil a la hora de elegir la guarnición perfecta porque va con papas de la forma que prefieras cocinarlas, va con verduras de cualquier sabor y color, con arroz, con quinoa  y hasta con ensalada, el único pero es con ésta última no podrías mojar la salsita exquisita que la acompaña.Como el resto de recetas que les cuento esta también tiene su historia…. Mi padre siempre trabajó en banca, en aquel entonces la práctica habitual (creo que sigue igual) cada cierto tiempo cambiaba de ubicación y podría tocarle cerca de casa o podría tocarle muy lejos de casa y esta es una receta de aquello tiempos en que mi padre trabajaba algo lejos, no comía en casa y sin más remedio comía lo que se le terciara o directamente se saltaba el almuerzo así que cuando llegaba por fin a casa  mi madre siempre le preguntaba qué había comido y en uno de esos días respondió que un pollo delicioso.

Todo el que conoce a mi padre conoce su animadversión al pollo como alimento. No soporta si quiera verlo en la carnicería así que mi madre que como a casi todas las madres el pollo le parecía un alimento básico, sano y a buen precio pero en mi casa estaba por vetado por papá, enseguida comenzó a insistirle,  hasta ser pesada, para que volviera al sitio y pidiera la receta y mi padre diligente como pocos, así lo hizo.

No solo nos trajo la receta que tiempo después mi madre perdió en algún bloc de notas, sino que además un día cualquiera nos llevó a todas de paseo, al restaurante de aquel sitio, algo lejos por no decir muyyy lejos, a probar el único pollo que había sido capaz de comerse en toda su vida.

A la vuelta de aquella excursión «gastronómica», en el coche, mis hermanas y yo atrás, mi padre al volante y mi madre de acompañante yo venía con la cabecita apoyada en el cristal, con el buen recuerdo del pollo en mi estómago, con ganas de llegar a casa y pensando; pues va a ser cierto que el pollo le ha gustado mucho, sobre todo porque no le gusta el pollo y mañana tienen que volver a subirse al coche para hacer este trayecto,  a la ida y a la vuelta.

Mucho le gustó y hoy se los dejo a ustedes por aquí. En casa lo llamamos pollo al caramelo porque la apariencia es como si estuviera caramelizado por el efecto de la miel.

Si les gusta, lo tienen algo más fácil que mi padre porque en cualquier cocina, en cualquier momento, donde antoje, allí puede hacerse este riquísimo y delicioso pollo con salsa de ajo y miel.

INGREDIENTES

  • 1 Kg de pechugas de Pollo (como para 4/5 personas)
  • 8 dientes de Ajo a los que retiraremos el centro o germen
  • 8 cucharadas tamaño soperas de Miel
  • 1 vaso de Caldo de pollo (uso el de Tetra Brick de Gallina Blanca)
  • 3 cucharadas tamaño sopera de salsa de Soja
  • 1 cucharada tamaño sopera de Vinagre de Manzana
  • 1cucharada tamaño postre de ajo en polvo (en las especias de cualquier supermercado)
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de oliva

MODO DE HACERLO

Antes de nada salpimentaremos el pollo y le pondremos también el ajo en polvo.

 

Pondremos en un caldero grandito, tipo bajo, aceite a calentar, lo suficiente para dorar las pechugas por fuera, unos 2 minutos por cada lado.

 

Ahora iremos picando los ajos muy muy picaditos y recuerden quitarle el centro para no estar espantando vampiros el resto del día. En el mismo aceite que hemos dorado las pechugas, rehogaremos los ajos. Eso sí no debemos dejar que se quemen ni que cojan mucho color.

Ahora iremos incorporando el resto de ingredientes por este orden y mantendremos a fuego medio/bajo durante todo el proceso.

Primero incorporaremos el caldo de pollo.

Mezclaremos y seguiremos incorporando ingredientes..

Ahora la salsa de soja, el vinagre y por último la miel.

Cada vez que vayamos incorporando un nuevo ingrediente, lo iremos integrando. Una vez mezclemos la miel, retiramos del fuego y pasamos todo el contenido de la salsa a un vaso de batidora y batimos bien hasta que no queden tropezoncitos del ajo. Se queda una salsita algo espesa y con un color marroncito, casi como caramelo.Volvemos a colocar el pollo en el caldero y vertemos la salsa por encima, a partir de ese momento mantendremos a fuego medio con el caldero tapado 12 minutos por cada lado. Pasados los 24 minutos, retiraremos del fuego, dejaremos que se atempere para que no se nos destroce el pollo porque lo cortaremos en pedazos o en medallones a lo ancho de la pechuga, según nos guste más para la presentación.

Y ahora a currarse la guarnición que más les guste, les recomiendo que lo que elijan sirva para rebañar el plato porque la salsa está solo para hacerla desaparecer.

 

 

8 opiniones en “Pollo con salsa de ajo y miel”

  1. Por favor, sigue con estas recetas rápidas, riquísimas y con ingredientes que todos tenemos en la despensa. La salsa de ajo espectacular, mañana ( para que repose) con arroz blanco los chiquillos se van a dar un gustazo

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