Los que me conocen bien, dicen de mi que tengo mucha memoria. Mis hijos no están de acuerdo con esta afirmación, aún no saben que a veces, las personas, preferimos el olvido como opción y no como descuido. Ya lo aplicarán ellos mismos más adelante, seguro. Pero esta ensalada de hoy lleva mucho de esa memoria que si que guardo, más que por opción, porque está grabada en mi corazón. Personas, lugares, anécdotas, risas, algunos llantos, infancia, adolescencia, juventud y madurez. Personas con las que crecí, SERES HUMANOS mayúsculos que ejercieron más allá que unos tíos y unos primos y a los que la vida, por muchas vueltas, piruetas y saltos mortales que dé, nunca los podrá sacar de esa prodigiosa memoria y del cariño más bonito, más puro y más auténtico que se puede sentir. Vanesa, Raquel y Armando fueron más que primos y a cualquiera de ellos me gustaría verlos ayer, hoy, mañana, pasado mañana y cada día que trote por este mundo. Vanesa, valentía y pasión, Raquel, cariño, paciencia y corazón, Armando, sonrisas y bondad. Con ellos corrí por el picón de Firgas, desde mi más tierna infancia, salté setos del romero más bonito que he visto jamás, caminamos por orillas y jugamos al clavo en mil playas, corrimos por laderas de montañas, saltamos en piscinas, nos acompañamos y alegramos en bodas y bautizos, nos consolamos en funerales y así fue fluyendo la vida, viéndonos crecer y viéndonos hacer. Algunas circunstancias nos llevaron a transitar caminos paralelos, pero Vane hace poquito nos unió, nos volvimos a ver como ayer, nos dimos el cariño de siempre, ese que nos unió desde niños y sumamos nuevos recuerdos que desde ya les adelanto, seguro que nunca olvidaremos, como esta ensalada que está tan deliciosa que sabe justamente a eso, a lo que saben los reencuentros cuando te encuentras con gente a la que quieres de verdad, con todas tus ganas y para siempre.
INGREDIENTES:
- Rúcula.
- Dos lomos de salmón fresco.
- Eneldo.
- Dos aguacates grandes.
- Sal del Himalaya.
- Aceite de oliva virgen.
- Vinagre de manzana.
ELABORACIÓN:
Comenzaremos lavando y secando muy bien la rúcula, pueden sustituirla por canónigos si les gustan más.
Mientras lavamos y dejamos secar la rúcula, en una sartén, haremos los lomos de salmón, previamente cortados tamaño bocado, a la plancha, con muy poco aceite y añadiremos eneldo espolvoreado. Los lomos no los dejaremos muy hechos, sino un minuto por cada lado.
Sobre la bandeja en que vayamos a servir la ensalada, dispondremos en la base la rúcula y sobre ésta los trozos de salmón. Cortaremos seguidamente los aguacates, también tamaño bocado y los dispondremos sobre la rúcula y el salmón.
Aliñaremos comenzando con el aceite de oliva virgen.
Verteremos el vinagre de manzana.
Y por último aderezaremos sobre el conjunto con esa sal del Himalaya con ese sabor tan peculiar que hace que esta ensalada sorprenda muchísimo a todo el que la prueba.
Y ya la tendremos lista, llena de nutrientes excelentes para nuestros cuerpitos y si la disfrutan con gente a la que que quieren, seguro que estará aún más deliciosa.
Yo como diabético tipo 2, ( el 17% de los canarios lo somos, el doble que los españoles continentales) digo , que supongo que es ideal para los diabéticos ¿Qué piensas?
Muchas gracias por tu comentario, en este blog procuramos publicar recetas variadas pero en este caso en concreto que comentas, lo mejor sería consultar con tu endocrino.