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Lasaña de calabacines

Hoy les dejo por aquí una sencilla y deliciosa combinación de ingredientes que bien pueden parecerse a una lasaña en su montaje y ejecución pero que nada tiene que ver en sabor con una lasaña tradicional. Ésta es infinitamente más ligera y mucho más rápida de hacer y el resultado es glorioso. Como otras muchas de mis recetas llegué a ella después de darle varias vueltas en rotonda a algunos ingredientes favoritos de mi hijo el pequeño. Llevaba un tiempo con el estómago perdido (como habría dicho mi abuela) a causa de una fuerte gastritis que lo sacó del circuito gastronómico de casa. Su sabia y paciente pediatra, después de llevar ya mucho tiempo prescribiendo a Pablo dieta blanda, empezó a recomendarme que le preparara platos que llamaran su atención porque definitivamente, Pablo había perdido del todo el apetito.

Empecé haciendo bodegones de ingredientes, lo que más claro tenía es que debía llevar tomate, en cualquier forma o textura y el queso, imprescindible. El calabacín también, porque era lo que más había comido en las últimas semanas. El jamón serrano, una de sus grandes debilidades pero que de un tiempo a esa parte donde estábamos, lo había dejado de añorar. Así que una vez puestos sobre la mesa, se me ocurrió esto de la lasaña, porque él, además, siempre ha sido muy fan de la cocina italiana.

Y de aquellas ecuaciones éste resultado. No les voy a decir que se hiciera magia potagia ese día, pero la probó y le gustó y una vez volvió a recuperar la forma y el fondo gastronómico habitual, la lasaña de calabacines entró en su lista de deseos cuando juntos pensamos en el menú que nos llenará de alegría la semana.

 

INGREDIENTES:

  • Dos calabacines medianos.
  • 20 tomates secos
  • 150 grs. de jamón serrano en lonchas.
  • 100 grs. de queso parmesano
  • 200 ml. de bechamel.
  • Sal gruesa.
  • Aceite de oliva virgen.

 

ELABORACIÓN:

Comenzaremos cortando los calabacines en lonchas de medio centímetro de grosor. Se hace muy fácil con un cortador de queso. Colocaremos las lonchas en un escurridor, porque el calabacín, suelta mucha agua y sobre éstas añadiremos un puñado de sal gruesa, para que el calabacín “sude”. Los tendremos así, unos 20 minutos, antes de comenzar a montar la lasaña.

Una vez pasados los 20 minutos, sacudiremos el exceso de sal, podemos pasarlos por agua, pero en ese caso, tendremos que secarlos bien. Una vez secos, en una fuente de horno verteremos un chorrito de aceite de oliva virgen y lo repartiremos por el fondo de la fuente para que la lasaña, no se nos pegue. Sobre el fondo, iremos colocando, loncha a loncha, una cama de calabacines.

 

Sobre las lonchas de calabacín, colocaremos, también loncha a loncha, el jamón serrano.

Sobre el jamón, colocaremos la mitad de los tomates secos, que habremos hidratado antes en aceite de oliva, mejor si los dejamos hidratando desde la noche anterior.

Sobre la tomates, volveremos a colocar una capa de lonchas de calabacines, otra de jamón y otra de tomates y para finalizar, la última capa de las lonchas de calabacines que nos queden.

Cubriremos con salsa bechamel toda la superficie y espolvorearemos el queso rallado por encima.

Meteremos en el horno, previamente caliente, a 200º durante 20 minutos, función arriba y abajo, con ventilador si lo tuviera y una vez lista, rápidamente a la mesa aunque he de decir que fría también está muy buena.

6 opiniones en “Lasaña de calabacines”

    1. En cualquier supermercado, los tienes. Incluso ya vienen hidratados. Los últimos los compré en el supermercado de El Corte Inglés pero también los he comprado en Mercadona.
      Gracias, Ana!!

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