No sé ustedes pero yo estoy hasta la peineta de ver el machanguito del Covid como fondo a modo de decorado en las noticias. De verdad que hasta alguna pesadilla he tenido a consecuencia del bicho. Me estimularía más ver la imagen de todas esas personas que salen de alta, de los sanitarios, entrando a sus turnos con ganas de vencer esta pandemia, de la gente en sus balcones, esperando el pistoletazo de salida para volver a llenar las calles de vida y de abrazos.
Mucho me temo que mi pesadilla será más que recurrente durante un tiempo, solo espero que no sea muy largo. Parece que para los abrazos también nos queda un tiempo, así que lo hago es exprimir y achuchar a los míos con los que convivo y como soy un tanto más que mucho, afectuosa, ya huyen de mí cuando me los encuentro por los pasillos de casa y les hago ojitos. Mi hijo el pequeño dice que abrazar no es apretar, así que ya se pueden hacer a la idea de la ansiedad que me acompaña.
Afortunadamente aún mantengo vivo a parte de mi club de fans, esos que cuando hacen una receta y está muy buena, me pasan la chuleta para que yo la haga y la pruebe y como tengo la suerte de tenerlos, una vez más, la receta que me pasan es infalible y deliciosa. Xaxi y Marc, millones de gracias porque desde que la probé, me he vuelto adicta tal y como advirtieron que me pasaría. Así que si cada día me acordaba de ustedes al leer las cifras en Barcelona, ahora, gracias a esta receta, taparé el macabro recuerdo del Covid con ella. Y además les advierto que ustedes no se van a librar de los abrazos desde que podamos unir de nuevo los kilómetros que nos separan.
Además nos viene ideal para estos cielos azules que nos acompañan afortunadamente estos días, así que a partir del sábado, cuando salga a hacer deporte al aire libre, nos solo estaré rellenita sino que también estaré morenita.
Para darle solución a lo primero, esta ensalada es ideal. Los queques, las galletas, los postres varios, han estado muy bien para estos días, porque nada como el azúcar para dulcificar los ratitos pero empieza la desescalada, no solo del confinamientos sino también de la báscula. Y ambas con responsabilidad, porque no me cabe duda, que el Covid desaparecerá y los michelines también.
INGREDIENTES:
- 200 gr. de quinoa.
- 400 ml. de agua.
- Un aguacate maduro.
- Una manga madura.
- Cilantro fresco.
- El zumo de medio limón.
- 50 gr. de queso feta.
- Una cebolla morada.
- Aceite de oliva virgen.
- Sal gruesa.
MODO DE HACERLA
Comenzaremos lavando muy bien la quinoa un buen rato, bajo el chorro del agua y la escurriremos bien después de lavarla.
El siguiente paso será cocer la quinoa y la regla de tres para que nos salga siempre bien, será por cada 100 gr. de quinoa, 200ml. de agua, un puñado de sal gruesa y un ligero chorrito de aceite de oliva virgen. En este caso yo cocí los 200 gr. en 400 ml. de agua, sal gruesa y aceite de oliva. Lo primero que hice fue saltear la quinoa ligeramente en el aceite de oliva ya caliente e inmediatamente, vertí el agua. A partir de ese momento, calcularemos 18 minutos o hasta que veamos que el agua desaparece. Es muy similar a la preparación del arroz. Una vez la tengamos cocida, la dejaremos atemperar y reservaremos.
Mientras tanto, iremos cortando el resto de ingredientes. Empezaremos por la cebolla y lo haremos en cuadraditos.
De un tamaño parecido al que habremos cortado la cebolla, lo haremos ahora con la manga. Un apunte, si no encontraran mangas por la época del año, pueden sustituirlo por fresas, por manzana ácida o por gajos de naranja. Con el aguacate haremos lo mismo y procurando siempre mantener el tamaño como el de la manga y la cebolla. El cilantro también lo picaremos lo más fino posible.
Una vez que tengamos todos estos ingredientes dispuestos y calculando que ya nuestra quinoa ya no estará caliente, podemos ir colocándolos en la fuente donde vayamos a servir nuestra ensalada.
Una vez los tengamos todos en la ensaladera, prepararemos el aliño y para ello, usaremos el queso feta y el aceite de oliva virgen. En un recipiente pequeño, pondremos el queso partido en dados, le verteremos un chorro generoso de aceite y con la ayuda de un tenedor, chafaremos el queso.
Mezclaremos el aliño con el resto de la ensalada, rociaremos con el zumo de medio limón. mezclaremos el conjunto con cariño para que las frutas no se nos deshagan demasiado y a disfrutar de mucho sabor, de un plato lleno de salud y enemigo de las calorías.
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