Mi amigo Ángel cada vez que en una reunión, en una sobremesa o en cualquier tipo de encuentro social, a alguien le daba por hablar de enfermedades, entonaba un tango, así de repente. Enseguida captaba la atención del resto y el tema se daba por zanjado. Hace tres días recordé de pronto su estrategia y me estoy quedando afónica entonando el Cambalache de Enrique Santos Discépolo, entre otras cosas, porque es el único tango que me sé.
Junto con mi versión de Cambalache, en casa a veces se oyen otras voces así bajitas que no son otra cosa que las plegarias a todo el santoral del mes de marzo que le está dedicando mi hijo el pequeño para que en Canarias también se suspendan las clases.
En paralelo el mediano, contrariado porque le suspenden la liga hasta nueva orden y van en cabeza de lista esta temporada, además de suspenderle torneos que tenía más allá de nuestra isla.
La mayor, ni tango, ni rezos. No quiere oír hablar más del tema porque considera que la alarma social nos está llevando a no cumplir correctamente con la prevención y está en permanente alerta para acercarse a cualquiera que en casa esté hablando del tema, venir y noquear la conversación. Ipso facto.
Así que nuestras últimas tardes han sido algo peculiares, entre mi desentono con Cambalache, mi hijo pegado al calendario de 2020 buscando un nuevo santo que le haga caso, el mediano hiper conectado a ver si cambian las cosas y puede seguir batallando con su equipo y ganar la liga y la mayor en su mitin diario sin atril, yo me meto en la cocina y empiezo a buscar recetas sanas y ricas que nos gusten a todos y nos ayuden a reforzar nuestro sistema inmunitario.
Aquí va mi propuesta, es sana, está riquísima y esperemos nos ayude a ser más fuertes para combatir lo que quiera que venga. Salud para todos!
INGREDIENTES (para 4 personas)
- 4 ramas de Apio
- 1 pechuga de Pollo
- 1 Manzana (ácida mejor)
- 100 grs de Nueces
- 1 Yogurt natural
- 2 cucharadas soperas de mayonesa
- 1 cuchara tamaño postre de Mostaza (no dulce)Empezaremos lavando bien los tallos del apio, le retiramos las posibles hojas verdes y si tuvieran mucha hebra (una especie de hilillo blanco) de lo retiramos con un cuchillo fino. Lo cortamos en pedazos y reservamos.
Mientras cortamos el apio y el resto de ingredientes que ahora les iré diciendo, podemos ir haciendo la pechuga de pollo. A la plancha, con el aceite justo y suficiente y que quede bien marcada. La haremos entera y la cortaremos después para que no pierda jugo y se seque.Ahora seguiremos incorporando al apio, las nueces picadas ligeramente.Una vez hecha la pechuga, la cortaremos, bien fileteada fina o bien en pedazos, depende del gusto del consumidor y la incorporamos también a la fuente donde tenemos el apio y las nueces.
Ahora ya solo nos queda trocear la manzana en cuadritos que lo hacemos al final para que no se nos oxide.
El aliño lo mezclaremos en una fuente aparte y una vez tengamos los tres ingredientes del mismo bien ligados, lo verteremos sobre el resto y mezclaremos.
Esta ensalada está realmente buena después de unas dos horas de nevera, así que lo ideal es que la preparen un ratito antes de comerla para que le de tiempo a enfriarse.
Esta ensalada es archiconocida porque como muchos saben y sino se los cuento, nació en el Hotel Waldor en New York de la mano de su maître de aquel entonces, Oscar Tschirky. Desde entonces ha sufrido variaciones que la han ido sofisticando porque casi desde sus inicios, se convirtió en un demandado plato para la jet-set neoyorkina. Si se dan algún día un paseíto por NY, la pueden degustar en el Waldorf-Astoria por 20 dólares.
Esta ensalada nos aporta:
- Con el apio, vitamina K, A, B y C. Fibra y potasio. Acción antiviral, antibacteriana, anticancerígena, depurativa, diurética y antinflamatoria.
- Con las nueces y su fuente de Omega3
- Y con la manzana que prevenimos las inflamaciones.
Y ya por último, la siempre acertada recomendación de mi hermana la pequeña, instruida ella en cómo afectan las emociones a nuestro sistema inmune y no para de enviarnos mensajes a diario para recordarnos que el estrés provoca bajada de defensas y pocas cosas provocan tanto estrés como el miedo.
Tiene una pinta maravillosa,la haré. Gracias Vanesa por compartir