Muslitos de pollo en salsa (súper ricos)

Se ha metido el fresquito de nuevo y está cayendo más lluvia de la que acostumbramos;  y yo que les tenía en la nevera de mi fototeca una ensalada ideal para dar la bienvenida a la primavera,  me parece que ahí se va a quedar hasta que vuelva el solecito.

Pero tengo recursos y entre tantos están estos mustios de pollo (alguna alita también viene en el despiece) para seguir disfrutando de platos calentitos, sabrosos y facilitos con los que alargar este mini otoño y de paso también por qué no, la operación bikini.

Pues esta receta me la aprendí por mi hija la mayor. Tuvimos ambas la suerte de que un día cualquiera se alinearan todas las estrellas del universo y trajeran a su vida y a la mía a los que hoy son unos grandes amigos con los que en poco tiempo hemos vivido, hemos reído, alguna que otra vez hemos llorado y el único pero es no haberlos conocido antes. Estos amigos, abrieron cada martes durante dos años, las puertas de su casa a mesa, tenedor, cuchillo, plato y mantel puesto y hasta una siestecita si se terciaba a mi hija. A mí los martes no me cuadraban mis horarios con los suyos así que empezó el curso en fase instituto y por más vueltas que le daba a los horarios, la niña tenía que comer sola, volver al colegio y yo sin verla. Como cualquier madre, hice cábalas, crucigramas y hasta sudokus poniendo patas arriba toda la organización familiar pero aún así no cuadraba y allí dentro del caos y sin varita mágica, estos amigos y su hija, amiga de la mía confabularon que cada martes comiera con ellos y volviera al colegio…. durante dos años. Afortunada de tenerles, de su generosidad y de traerme la tranquilidad mental de que mi hija no andara de bocata en bocata y esperando en la calle a que abrieran la puerta del cole.

Pero claro,  cada martes llegaba y me contaba las delicias que almorzaba.

-Mamá, no te lo puedes creer (….) Cuando no era un pollo, era un arroz, era una carne o un puré, así martes tras martes. Y yo cada noche, agradecida y curiosa llamaba a mi amiga y le pedía la receta y ella a su vez rebotaba la pregunta a su suegra que debe tener manos de diosa en la cocina y me entraba el mensaje (mira que son fastidiosos de escribir) con la receta de lo que la niña se había comido. Y de aquellos deliciosos almuerzos les traigo estos muslitos, de aquellos martes generosos de Claudia, Sandra, Ángel y Jaime, amigos que están para todo y que espero que nunca dejen de estarlo, porque como les digo, mi único antojo es no haberlos conocido antes…..

INGREDIENTES

1,5 Kg de muslos de pollo (si los compran ya en bandejas les entrará alguna alita que también vale)

100 grs de harina de trigo

2 cebollas medianas

2 dientes de ajo

1/2 vaso (tamaño beber agua) de Jerez (también se puede usar vino blanco, pero yo como mi abuela me enseñó, prefiero el Jerez y si es Pedro Ximénez, mejor)

1/2 vaso de caldo de pollo (también vale de agua pero más sabroso es el caldo de pollo y puede usarse el de tetra brick)

Sal y pimienta

Aceite de oliva

A PREPARAR EL POLLO QUE LLUEVE TODA LA SEMANA

Primero que nada, salpimentamos los muslitos de pollo. Los pasamos por harina y en una caldero bajo, los doramos, como unos 2 minutos por cada lado. Una vez los tengamos todos dorados, reservamos. Solo dorarlos.

 

En el mismo aceite, si ven que es poca pueden echar un poco más, doramos las dos cebollas que las habremos cortado en juliana y los dientes de ajo que los habremos cortado en pedacitos. Doramos hasta que la cebolla esté bien blanda pero controlen que no se queme.

Cuando veamos que la cebolla está lista, añadimos el medio vaso de Jerez y subimos a tope el fuego durante unos 3 minutos para que se evapore el alcohol.

 

Una vez se haya evaporado el alcohol que lo podremos apreciar por el olor e incluso porque se va reduciendo el líquido, echaremos ahora el 1/2 vaso de caldo o de agua, según prefieran.

 

Y lo dejamos todo a  fuego medio como unos diez minutos. Pasado ese tiempo, metemos esta salsa en el vaso de la batidora o en el vaso de la Minipimer y batimos hasta lograr la consistencia de salsa y que no queden grumos ni tropezones.

 

En el mismo caldero, colocamos los muslitos y vertemos la salsa sobre ellos, ponemos la temperatura a mitad de su potencia (mi vitro llega a 9, yo la coloco a 4) y dejamos que se cocinen durante 15 minutos, dando vueltas de vez en cuando y listos para comer. Los pueden acompañar de papas sancochadas, fritas o como se les antoje comerlas. También con arroz blanco o quinoa. Eso sí que no falte el pan en la mesa porque la salsa es toda la esencia de este plato….

 

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