Titulitis
Tener un título no te hace abogado, me comentó un señor francés hace unos días. Cuánta razón. El mundo laboral está repleto de licenciados o graduados, en ciencias jurídicas u otras áreas, que trabajan en profesiones que distan demasiado de lo que han estudiado. Esto nos demuestra que tener un título es como untarse una crema contra la celulitis. Te la untas en los muslos y en los brazos, durante un mes o dos pero sigues viendo ese relieve. Si el sujeto celulítico- expresión que me acabo de inventar y que me encanta- no practica deporte, pues lo llevará claro. Con los títulos universitarios pasa lo mismo. Uno sale de la facultad después de beberse hasta el agua de los floreros y haberse estudiado toda la jurisprudencia amorosa. Con eso y mil noches de estudio tiene un trozo de papel que acredita su condición de graduado. Pero, un papel no crea al profesional. La experiencia, bien trabajada, es la que crea al profesional.