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Manifiesto por la Universidad de La Laguna

 

 

 

No es justa esa carga policial.

 

No es justo que se trate a los manifestantes con violencia y odio.

 

No es justa esa militarización de la universidad, aun siendo un acto puntual: un policía o un militar debe impartir conocimientos fuera y dentro de la universidad, y no porrazos.

 

No es justo que la Universidad de La Laguna no haya defendido a sus alumnos como una madre a sus cachorros.

 

La universidad es el espacio del conocimiento, y no de la chulería policial. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado merecen el máximo respeto y consideración, porque cuando los necesitamos ahí están. Pero actitudes de este tipo contra los débiles, contra los vulnerables, contra los jóvenes que se manifestaban (pacíficamente) no me gustan, me duelen.

 

No son justas las escenas que vi en ese video.

 

Los universitarios no se meten con la policía en una comisaría, pues lo mismo deberían haber hecho los agentes con los manifestantes pacíficos: resolver las cosas con educación a sabiendas que estaban en el Templo del intelecto y cuyos sacerdotes somos los universitarios. “Vosotros estáis profanando su recinto sagrado”, les habría dicho Unamuno.

 

Esos disparos, detonaciones, exhibiciones de fuerza tienen su sitio. No es en la universidad, ni en un colegio, ni en un instituto. Acabo de leer la carta de uno de los detenidos, valiente. Te admiro. Qué orgullo para todos los estudiantes, por lo bien escritas y acertadas que fueron tus palabras. La rectora de la ULL debe dimitir, pero antes está en su obligación de ofrecer todo el apoyo jurídico a esos dos héroes. Dos alumnos de su universidad están en libertad provisional con cargos. Señora rectora, usted podría haberlo evitado. Por dignidad y humanismo preste el apoyo jurídico que merecen esos jóvenes de su universidad. Era su deber cumplir el artículo 99 de los estatutos de su universidad, “en ningún caso se fomentará la investigación en aspectos específicamente bélicos o militaristas”. Usted no ha hecho bien su trabajo. Usted, y todo el equipo jurídico de la ULL, deben agarrar de la mano a esos dos universitarios que han sido humillados en su universidad y apoyarlos jurídicamente.

 

No olvide disculparse con todos los estudiantes y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; por unos y otros motivos. Usted nos ha llevado a esta situación de violencia y odio.

 

¡Dimita, señora rectora!

 

¡Dimita, Rosa Mª Aguilar Chinea!

 

¡Dimita, ya!