Shabat shalom
Levantarse antes que el sol. Observar el frío. Correr para que reine el calor en mis manos. El parque está solo y hermoso, la luna acompaña esta mañana de sábado, esta mañana de shabat shalom donde todo descansa. Los árboles duermen y el césped se vuelve amarillo porque, hoy, queremos ser felices, estar en paz y perdonar la crueldad del frío. He decido perdonarlo (que no es lo mismo que rendirse) para vencerlo.