Mis tardes perfectas de invierno son esas de mantita y sofá. Si además es sábado o domingo, aparte de perfectas, me saben redondas y a queque o bizcocho, según le guste a cada uno llamarlo.
Me gustan de cualquier sabor y cuando me entra el antojo, hago uso de lo que tenga en la despensa. El de limón es mi preferido, pero no le hago ascos a ninguno.
Queque de naranja, de chocolate, de nueces, de manzanas con o sin pasas. Me meto en la cocina durante la sobremesa, enciendo el horno y empiezo a emocionarme, imaginándome el resultado.
Saco ingredientes y los coloco a modo de escaparate, dispongo artilugios y electrodomésticos que me facilitan la tarea y la emoción va en aumento. Y empiezo, y peso y mezclo y activo el on en la batidora y pongo un ingrediente y otro y otro y empiezo a imaginarme cómo quedará y es tanto lo que imagino, que puedo llegar a saborearlo.
El momento culmen llega cuando ya por fin termina el tiempo de horneado y entonces me empieza la desesperación, porque desde niña, mi abuela no me dejaba probarlo hasta que no estuviera como mínimo, tibio porque decía que eso me descompondría el estómago.
Pasado ese tiempo, que con los años lo he ido acortando, todo sea dicho, y cojo el cuchillo de los queques, ese que lleva 20 años en casa, sin apenas sierra, pero ideal cuando los niños aún eran pequeños para que al cortar el queque, no se cortaran ellos.
Cuando por fin doy el corte, coloco el primer pedazo en un platito, a juego con el plato y la taza de café humeante que me he preparado para acompañar al queque, camino hacia el sofá, cojo mi cojín favorito y mi manta preferida (una ideal que me regaló hace años mi amiga Rosi) me recuesto, meto la primera mordida y no cambio ese escenario por ningún otro lugar en el mundo, ni por ningún otro bocado.
Ingredientes de este esponjoso queque:
- 400 gr. de leche condensada.
- 4 huevos a temperatura ambiente.
- 120 gr. de harina.
- Medio sobre de levadura en polvo.
- 50 gr. de mantequilla derretida.
- Un chorrito de esencia de vainilla.
Cómo hacer este maravilloso queque:
Este es un queque con un resultado de lo más esponjoso y nada, nada, nada empalagoso, a pesar de la leche condensada. Al contrario, la leche le aporta el punto exacto de dulzor y lo suaviza para disfrute del paladar.
- Comenzaremos vertiendo en un recipiente ancho y hondo, la leche condensada.

2. Iremos incorporando los huevos, uno a uno y batiendo hasta integrarlo completamente, cada vez que vayamos introduciéndolos en la leche.
3. Mientras vamos batiendo los huevos, derretiremos la mantequilla. Este paso lo pueden hacer en el microondas, pero recuerden siempre, bajarle la potencia porque la mantequilla se derrite y se quema muy rápido y por tanto, no nos serviría.
Una vez incorporados e integrados los cuatro huevos, verteremos la mantequilla derretida.
4. Batiremos hasta integrarla y seguidamente, verteremos el chorrito de esencia de vainilla.

5. Volveremos a batir, mejor si todo esta parte del proceso, la hacemos con varillas eléctricas.

6. Ahora mezclaremos en un recipiente aparte, la harina y la levadura en polvo.

7. La dispondremos en un colador para que se tamicen y las iremos incorporando a la mezcla.

8. A partir de este momento, utilizaremos una espátula, mejor si es de silicona y mezclaremos hasta que no se aprecien grandes grumos.
Siempre es bueno que queden partículas de aire para que el resultado del queque, sea más esponjoso.
9. A partir de este momento, iremos encendiendo el horno a 180º calor arriba y abajo.
A mí, particularmente no me gusta activar el ventilador cuando hago queques, porque de alguna manera se incrementa el calor del horno, pero, como prefieran o como sea el horno de cada uno.
Forraremos un molde apto para horno, con papel vegetal para hornear, porque así, nos será más sencillo a la hora desmoldarlo.

10. Verteremos la mezcla en el molde.
11. Introduciremos el molde en el horno, durante 25 minutos.
Si apreciaran durante el horneado, que se tuesta en exceso la parte de arriba del queque, pueden colocar por encima un trozo de papel de aluminio que cubra la superficie del queque, para que no se les queme.

12. Pasados los 25 minutos, retiraremos despacio del horno, dejaremos atemperar durante un ratito y a disfrutarlo.
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