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Belen Esteban, nueva ministra de Cultura y Deportes

©Màxim Huerta
©Màxim Huerta

«Estamos frente a un pelotón de pistacho. Alguien se para en seco. Comienza a esnifar pistacho. Se ahoga y lo nombran ministro socialista», este es el resumen curricular de Màxim Huerta. Un valenciano que presentó durante unos años los informativos del Canal Nou (caído en desgracia, D.E.P.) y, posteriormente, el destino (…) lo puso frente a los informativos de Telecinco. Los años pasan. Le sigue gustando la tele. Comienza su andadura, en la ermita-plató de Santa Ana matutina. La misma santa que acabaría expulsando a Màxim, ¡a la calle! Pero, antes escenificaron un baile juntos (bailar pegados es bailar/ igual que baila el mar). Un baile. Una reconciliación con la princesa de las mañanas. Un ministerio y una polémica. Polémica es la mano que le ha escrito el currículum a nuestro ministro (qué bien suena, eh, señor ministro); esa mano de polémicas y verborreas matutinas que hablan sin hablar y que desembocaron en su esnobismo ministerial. Ministros de esta teledemocracia, que no han dado palo al agua (e indispuestos a hacer deporte, qué sano cariño…). Siempre han leído el teleprónter. Está bien verlos rellenando las horas de las jubiladas, de los que juegan al cinquillo en el Parque Santa Catalina, de las gentes que desean escuchar gritos o movidas televisivas. Pero, puestos a elegir prefiero a Belén Esteban. Nos ofrecerá más titulares. Se negará a saludar al rey, se rascará las axilas en rueda de prensa, gritará (¡bien fuerte, guapaaa!) en el Congreso de los Diputados. Belen será mejor ministra que Màxim. Pero, Belén robará con su estilo directo y trash más votos.

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Soy una Pringada, la reina del Trash

44.jpgSoy una Pringada es un fenómeno sociológico y artístico que ha revolucionado la forma de pensar de miles de adolescentes, con un mensaje que se caga en todo el panorama artístico nacional e internacional. Maldice todo aquello que no sea Trash, todo aquello que no sea basura- verdad-.

En el universo de Soy una Pringada, o Esty Quesada para otros, la basura es una metáfora con olor a mayonesa podrida y sobre la que se pasean dos o tres ratas peludas. La Pringada toma todas las basuras, todas las depresiones, todos los brazos acuchillados por la adolescencia y le dice al joven: «Eres un cacho de mierda». ¡Cacho de mierda, vuela! Ese estilo provocador, malhablado, depresivo esconde una profunda esperanza para todos aquellos que sufrieron- y sufren…- la mierda de la adolescencia. Esty es, por esto y mucho más, la reina Trash de los millennials que combate contra los gallitos del parque y la calle. Muéstrate tal y como eres; y no le tengas miedo a los monstruos morales. Si eres gorda, asúmelo. Si eres homosexual, asúmelo. Si eres una mierda, asúmelo. Asume tu realidad y construye un universo en el que solo valgan tus reglas.
Esta es la filosofía de Soy una Pringada que vive- y predica- como:

 

En plan travesti radical
Le da la espalda a cualquier muestra de tristeza
¿Melancolía o decepción?
¿Felicidad o tentación?
Todo podría ir a peor.

 

Esty estuvo en la Feria de Libro de las Palmas de Gran Canaria. Cautivó a un ejército de seguidores de todas las juventudes. Apenas se podía respirar, olía a sudor y a éxtasis. Ha llegado la mesías a presentar un libro lleno de verdad, rabia y una minúscula dosis de odio. Freak, un libro redactado por una tipa generosa que se fundió con el público. Permitió todas las preguntas, más allá del tiempo vanidoso de los autores. Permitió todos las impertinencias. El público fue un arcoíris, entre el cielo y el discurso soleado de nuestra Esty.

Si en España existió la Movida madrileña fue para que Esty vuelva a restaurarla y construir algo mejor. Esty es reina y señora (¡yassssss!) por tener la generosidad de estar siete horas, desde las siete de la tarde a la una de la madrugada firmando, hablando con sus lectores y reinando.

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Domingo Rodríguez Marrero, el maestro

Ibn Arabi
Ibn Arabi

El sabio murciano Ibn Arabi escribió en uno de sus poemas: «mi corazón puede adoptar todas las formas// es prado para las gacelas»; eso fue lo que le ocurrió al mío al rencontrarme, después de mil siglos, con Don Domingo. Mi corazón se convirtió, en esa Feria del Libro, en el pasto universal donde las gacelas y los perros y los tiranosaurios corren hacia la luz tenue del reencuentro amistoso. Todo se volvió alegre: la mirada de los transeúntes, el sol que se almuerza tu retina. Todo fue la saada que volver a ver a un amigo. Un hombre que me enseñó, en el CEIP Fernando Guanarteme, a ser consecuente y sincero conmigo mismo; a negarme a las dobles existencias. A los 11 años, me invitó a entrar en su despacho. Creía que me iba a caer la del pulpo (estaba acostumbrado, algunas veces con razón y otras no tanto). No me cayó la del pulpo, ni la del siglo. Abrió una bolsa y me regaló un libro: Historia de la España musulmana del Doctor Ángel González Palencia.

 

A partir de ese regalo, empezó mi pasión con el Al- Ándalus, la cultura hebrea, la interculturalidad, hacia lo no-dogmático. Debo decirlo, si en este texto, o cualquier otro, aparece Ibn Arabi u otro filósofo es gracias al impulso intelectual de este gran amigo.

 

Tomar a un niño y enseñar es como volar ¡Vuela! ¡Vuela como las palomas hacia su libertad!, fue la actitud del maestro Don Domingo que soportó, con la sabiduría del condenado a muerte, miles y miles de preguntas a primera hora de la mañana sobre insectos; religiones y sobre ella. Ella es, y siempre será, Cuba: amo Cuba gracias a las respuestas de mi amigo que crearon un imaginario, un universo, un ecosistema literario que años después desembocaría en una pasión, un libro e infinitas lecturas. Recorrer las cloacas de Pedro Juan Gutiérrez o disfrutar de la noche de Reinaldo Arenas fue gracias a la luz del maestro; la luz que alumbra la orilla del mar.