Hombres D
Tenemos la costumbre, la muy mala costumbre de infravalorar la labor; y muy especialmente el éxito de las mujeres. Siempre están con sus comentarios que fulanita es y está por él, llegó gracias a él o ellos. Siempre dando las gracias al género masculino, casi como una codependencia ontológica. Debo pedir disculpas, porque no soy yo el que va escribir. Hoy solo soy un medio, para que este espíritu que me ha tomado se exprese. Al espíritu de Simone de Beauvoir le ha dado por meterse en mis adentros; es una pesada e insiste en que escriba sobre los Hombres florero: los hombres que se aprovechan de las mujeres: los hombres, algunas machistas, no sé si muchos o pocos, pero algunos que viven debajo de las bragas financieras/ políticas de su mujer. No es algo malo, negarse a eso es machismo. Es una de las múltiples formas de actuar con misoginia. Los hombres D, y no G como aquel grupo ochentero que todavía sobrevive (la juventud es un estado del alma, óle los poetas lindos como Valery o Summers), a diferencia de lo que dicen son una expresión del feminismo y el empoderamiento femenino. No hay nada de malo, quién quiera vivir debajo de nuestras faldas- sigue escribiendo Castor- que viva: suficiente espacio-tiempo tenemos. Lo ideal sería liberarse. Todo esto lo digo por las feministas que se niegan a la empatía y al socorro del hombre. ¿Acaso no somos las creadoras del mundo?, Os digo una sola cosa: soy Castor y reivindico la D para quien quiera utilizarla. Adiós, o quizás hasta otro día. Posdata: si alguien conoce a un exorcista que me escriba al privado, el exorcista debe hablar francés.