La mano invisible del coordinador

«Soy el coordinador segundo del área de igualdad queer de la zona franca del municipio del esnobismo», todo el mundo quiere tener un puesto en la sociedad. No está mal, pero obsesionarse con publicar fotos de aquí y allá es estéticamente aburrido. Promocionar, publicitarse, darse a conocer es sano, positivo y recomendable para todo aquel que quiera llegar: ¿adónde? Todos quieren llegar, pero a qué: ¿a ser felices? Con estas palabras pido- si es posible- naturalidad a todos los coordinadores oníricos o reales ahogados en su esnobismo de laberinto. Se escucha un grito. Es la voz del coordinador que llora. Quiso ser coordinador, secretario del Partido o dueño de un sofá institucional, pero olvidó su condición humana: ser feliz.