Medea

 

Chabelita liberada.
Chabelita liberada.

La historia se repite porque es cíclica, escribió Hegel; uno de los grandes idealistas-realistas de la historia. Estamos asistiendo en el panorama rosa español a una tragedia, donde es asesinada la hija de una folklórica por su madre, su hermano, su cuñada, su primísima y por toda la pirámide televisiva de España. La mala de la historia es Chabelita, porque quiere existir más allá del apellido Pantoja. Porque quiere ser libre más allá de los dictámenes de su madre. Y fundamentalmente porque es adoptada. Isabel Pantoja (o Maribel para los amigos que usa y tira como los tertulianos) tiene hijos de primera y de segunda. Para la tonadillera dejas de ser hijo, cuando llevas la contraria a mamá. Chabelita- o Isa P. en su nueva andadura como cantante- fue adoptada por Isabel Pantoja y su pareja/rollo de entonces. Un rollo que terminó muy rápido, por culpa de la rana de los celos. Isabel fue la madre de la criatura, después de traerla de nuestro país hermano Perú. Los años pasaron. La niña se liberó de mamá, de tito Agustín; descubrió a Freud debajo de las sábanas y eso a mami no le gustó. Y según las últimas declaraciones de mami Pantoja: “No quiero saber nada de mi hija, ¡qué nos olvide!». Señora Pantoja, esa es su hija le guste o no le guste. Es tan hija como el hijo del torero. Los niños no son muñecas, no son como la Rebeca o la Nancy. Los niños adoptados son tan niños como los que uno trae de sus entrañas. Un poco de coherencia, Maribel. Un poco de dignidad gitana, prima.

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