Lollipops

©Miniwallist
©Miniwallist

 

Todos sabemos lo que fue Goytisolo. De la misma manera que conocemos casi a la perfección las aficiones íntimas del poeta de la juventud, Gil de Biedma, y en las mismas líneas podríamos mencionar las biografías de Rimbaud- y su afición a la hora de buscarse la vida, de comprar y vender con esclavos- o Houellebecq: un aficionado de las lollipops conejeras o irlandesas. Este artículo se torcería con las innumerables biografías que a nivel moral saben a jengibre e hígado, pero en eso mismo se fundamenta el entendimiento de una obra artística: el lector debe separar- como bien dijo el buen sadomasoquista de Foucault- la obra de la biografía. La obra nunca debe estar etiquetada por los chismes, o las adicciones que pudiera presentar el autor. El autor es dueño de una vida que puede o no compartir con la sociedad. Un autor, por lo general, es un personaje público sometido/condicionado a la moral de su época.

 

¿Qué sería de Foucault si se hubiera sabido, en vida, de sus paseos nasales por las rayuelas de harina blanca-o morena, si viene de Ketama-? El autor de La arqueología del saber habría sido condenado a un solo golpe: el ostracismo, habría sido silenciado como, hoy, son silenciadas miles y miles de lenguas indiscretas. Si la vida inapropiada, o moralmente sucia, de los autores sale a la luz de los medios de comunicación oficiales sólo nos queda rezar para seguir publicando.

 

Defiendo la libertad del creador, dentro de un marco estético (ético, aunque muchos intelectuales la confunden con la moral). Para juzgar están los jueces y magistrados; no los medios de comunicación. Es superfluo renunciar a «Una temporada en el infierno», porque el autor vendía y compraba etíopes. A nivel ético, Rimbaud o cualquiera de los mencionados, son lo que son; pero como artistas que nadie los toque porque son tan inmaculados como mi Virgencita de Guadalupe.

 

En resumen, separar la obra de la biografía es más sano para aquel que busca realizarse. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.