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Carta a Juan Espino “El Trota”

 

 

 

Juan Espino, eres uno de los mejores embajadores de Canarias en el mundo. Tu labor en Senegal o en Estado Unidos es admirable, por tu capacidad de unir culturas sin renunciar a tus raíces canarias. Siempre que puedes patrocinas Canarias en el mundo. Una labor encomiable. Todo tu esfuerzo se queda en nada con el espectáculo que montaste en La Resistencia con Ignatius. Sentí vergüenza ajena.  ¿Ser canario se cuantifica según lo mucho o poco que defiendas el refresco Clipper? Qué vergüenza. Lo más iluminador fue el comentario del Ignatius: «Cuádrese ante su mencey». Ustedes dos han hecho el ridículo de la década. Dos canarios, uno de Gran Canaria y el otro de Tenerife. Juan, se te notaba incómodo y ponías caras de asco- a lo Rafa Mora- humillando a tu paisano. Estuvo bien simular la lucha canaria, pero no dejando al cómico tanto tiempo encima de ti. Lo noté asfixiado. No me gustó. Tu actitud en el programa de Broncano no te hace justicia. Cuando uno se llama Juan Espino “El Trota” no se representa a sí mismo, sino a mucha gente. Eres una estrella, por eso no debes alimentar el odio Tenerife-Gran Canaria (mencey-guanarteme) ni crear conflictos de la nada. Fuiste con tu bolsa de gofio, Clipper y demás cosas, ¿no habría sido más interesante promocionar la denominación de origen canaria sin meterse a medir la canariedad de nadie? Decías que «Clipper es algo sagrado» e Ignatius en la misma línea. Señores, parece que en Canarias desayunamos Clipper. Promocionar está bien, pero no tanto, no tan descarado y menos metiendo cuestiones de mal rollo (odio) entre las dos islas capitalinas. Y todo esto sin distancia de seguridad.