Filalisis
Dijo un griego que jamás te bañarás en el mismo río dos veces. Las cosas cambian y las relaciones humanas también. Ahora todo es líquido. Todo es frívolo, casi todo es aquítepilloaquítemato, vendo millones a precio de céntimo. L’amour, como cantó la Callas, es un pájaro rebelde… al que hay que explicarle las cosas. El amor es un mentira para el posmodernismo, es un verdad líquida que cualquiera puede transformar en lo que quiera (cada uno interpreta el amor a su manera olvidando la fórmula). Las relaciones humanas están sujetas a la moral, a la personalidad de las gentes, a la ética y a la fórmula mágica de la lealtad. Aquí cada cual hace lo que quiere: todos hablan de sus emociones, de sus derechos, de su corazón; ¿y el corazón del otro? La gente (concepto abstracto que todos utilizan como si no formarán parte de la gente) ya no es leal, no cree en: 1+1 igual a la verdad del 2 como escribió el amante filalisis de Zizek, Alain Badiou. Sin esa ecuación no existe la verdad del dos, ni con el ménage à trois ni con esos poliamores desconfigurados (amar a tres a las vez y que estos se amen entre sí, ¿hasta cuándo, alma de cántaro?).La gente pasa de tó. Está perdía y se cree profeta, ¡qué días más raros! Parece que el amor se alimenta de la venganza y la amistad de la envidia. Óle por ese gitano que escribió estos maravillosos versos:
Yo estoy perdía y m’alegro
De verte perdío a ti;
Y otro perdío s’alegra
De verme perdía a mí.