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El profesor

 

Enseñar a un grupo de personas, adultas y adolescentes, a leer y escribir es uno de los milagros de la vida. El placer de enseñar las herramientas con las que crearán su llave o su llavero, para abrirse-cerrarse la puerta de la sabiduría. Quedarse dentro de la habitación de la lectura, el arte y la libertad; o limitarse a construir esa llave para olvidarla encima de un banco o un lavabo. Estén dentro o fuera del cuarto del saber será por su propia libertad, por su capacidad para decidir. Todos conocieron las letras del alfabeto. Letras para deletrear, o para unirlas a otras para escribir un poema, un teorema o un wasap. Con las letras y los conceptos harán su propio sistema, su nuevo mundo con el que convivirán con los otros. ¿Puedo sentirme orgulloso de mí mismo y verbalizarlo? Estoy muy contento con lo que he hecho. Qué bonito es enseñar una canción de José Luis Perales a una persona procedente de un pueblo a 120 kilómetros de Bamako. Es bestial. Enseñar la palabra li-ber-tad. Tout le monde avec moi: ¡Libertad, libertad, libertad! La lengua ha permito a estos estudiantes conocer la libertad como elemento inherente al ser humano, y no como un derecho que nos lo da el Estado y nos lo arrebata la miseria. Los seres humanos- de cualquier clase social, de cualquier punto del mundo- somos libres por naturaleza para decidir entre una realidad u otra. Con la libertad podemos derrocar al dictador, al mafioso, al que provoca una guerra a cambio de oro. Con la libertad colectiva podemos transformar un Estado cainita y bélico a un Estado social, democrático y lo más justo para todos los ciudadanos- y ciudadanas-. Por eso es importante no olvidarse del camino. De cómo conocimos las letras, cómo empezamos a deletrear, cuándo y con quiénes aprendimos. La humildad crea un Estado, una familia y una vida justa.

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La orgía perpetua

 

«La orgía perpetua» es un libro precioso del señor Vargas Llosa, que marcó mi adolescencia y me enseñó a escribir ensayos sin necesidad de ser Newton (eso lo sabe bien mi maestro y amigo Eugenio). Lo que sí es una orgía perpetua es el «Sálvame» de esta tarde, y con esas supuestas orgías que se montan los futbolistas/actores. Estoy indignado con este Sálvame, que hace de inquisidor contra los famosos que quedan con los colegas y follan un rato. ¿Qué hay de malo? ¿Qué carajo es esto? Disculpad el tono, pero esto es inadmisible. Lo peor está en los videos y llamadas que son falso testimonio. Y el juego ambiguo: un futbolista con hijos, casado, con una pareja ideal. ¿Acaso os referís al sevillano de Nivea? Esta gentuza televisiva se ha convertido en la policía moral de nuestra época. Repugnante. Deberían sacar las fiestas privadas, las folladas colectivas del milanés que se injertó rubíes. Dejad a la peña vivir, por favor. Informad, pero no metáis miedo a los famosos; ni amenacéis, ni hagáis chantaje para levantar la audiencia. En el día del Juicio Final se darán explicaciones a Dios. En la tierra a Sálvame Limón, Naranja y Tomate putrefacto.

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El cantante frustrado

 

 

¿Cómo me comporto?, pregunta el dictador
¿Cómo me comporto?, se pregunta el dictador

 

Escribir es psicoanalizarse, es ahondar en las profundidades del alma cuando el escritor lo hace desde la honestidad. Me he propuesto hace tiempo dar un altavoz grande- con armonía y ruidos- a mi corazón. Hoy le he preguntado a mi corazón mientras trabajaba: cómo debo tratar con un tirano sin convertirme en un espejo; un dictador que abusa de su poder frente a los débiles. No me gusta que se haga daño a los débiles. El dictador- más despiadado que el almirante de Sasha Cohen– humilla y escupe su ego contra los débiles. El ego se debe reservar para los cuerpo/cuerpo o las situaciones donde haya igualdad, pero no contra los débiles que apenas tienen mantas para taparse. Ellos no. Sé que es un cantante frustrado, ¿qué culpa tienen los débiles? ¿Acaso no son los débiles los que le dan de comer? La música es un ejercicio de humildad maravilloso, siempre que no sea encima de un escenario. Porque encima de los escenarios viven los personajes. Vos sos un personaje que cambia ante un superior, y te transformas en la peor de las madrastras contra los que puedes. Ellos, nuestros hermanos. Ellos que han buscado, con las manos rotas y la boca a punto de desfallecer, a su Ítaca. Ya han llegado a Ítaca. Soy como un padre o un psicólogo contigo, pequeño dictador (pequeño, a pesar de tus muchas décadas que te pesan como siglos de pandemia). Pero, con ellos no. Con este servidor puedes cantar y exponer tu batería de personajes llenos de ego y odio, pero con los protagonistas de este momento de mi vida: no. Por fin han llegado a su Ítaca. No te voy a permitir amargarles esta alegría con tus continuas humillaciones, insultos y desprecios de hombre supremacista blanco (¿qué habría pensado el de Tunis sobre este personaje?)