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Carmen de Mairena ha muerto

 

¡Olé, Carmen!
¡Olé, Carmen!

Carmen era nuestro icono más transgresor. Libre, simpática y buena persona. Vivió como murió: sin nada. Fue un ser humano tremendamente generoso en el amor y en la calle. Por amor transformó su identidad; y de la calle rescató a toxicómanos, putas, marginados sociales, etcétera. Carmen fue un ángel para los que tuvieron la fortuna de convivir con ella. Fue generosa, sí, demasiado generosa. Todo el mundo iba a casa de Carmen a pedir dinero para un pan, un porro, un condón o una dosis de heroína. Fuiste una mujer con una sensibilidad para el cante y el baile maravillosa. Tuviste como referente a Doña Carmen Amaya, un genio bailando. Tú, Carmen, fuiste la princesa de la tele. Diste de comer a muchos ejecutivos y tertulianos, para después acabar con tus cuadros-con tus pelucas, con tu maquillaje y con tu bata de cola-en la basura. ¡Qué poco respetamos a nuestros referentes! Nos has hecho felices. Eras algo más que un personaje televisivo. Fuiste, y seguirás siendo, una voz de oro que desde «El Cangrejo» de Barcelona se volvía eterna.  Cantabas con el corazón y con ese mismo corazón de claveles te dedico, tu canción:

Carmen, Carmen, Carmen… ¡Carmen!
Se murió Carmen, y España entera lloró.

Del somorrostro a la playa, ya su estrella se apagó
Se derrumbó su muralla, como la de Jericó.
Carmen, Carmen, Carmen…¡Carmen!
Se murió Carmen , y el mundo entero lloró.

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¿Mercadona es el Tercer Templo de Salomón?

 

Esta imagen se titula: «¿Hola?»
Esta imagen se titula: «¿Hola?». EFE

 

Llenar la nevera y comprar mil kilómetros de papel higiénico en el Mercadona. Esa es la fórmula divina, sólo es válida si compras en el Mercadona. Una empresa maravillosa que nos hace bien, pero, ¿no hay más supermercados en España? Sin duda, Mercadona se ha convertido en el Templo de Salomón donde van a pasar el rato (o una eternidad) los que temen al coronavirus- es decir, casi toda la población española-. Parece que la vacuna contra el coronavirus está en las estanterías del gigante valenciano. La situación es surrealista. Si no quedan rollos de papel higiénico, agua o tomate en el susodicho me pongo a llorar. Yo no lloro. Prefiero ir al Hiperdino ( así apoyo a las empresas de mi tierra canaria).  Me encanta el Hiperdino-y el Mercadona, también-. Me gusta todo, pero con equilibrio y justicia. Los consumidores tenemos la opción de ir a cualquier lado, pero no viene mal equilibrar. Tampoco puedo olvidarme de las pocas tiendas de barrio que siguen abiertas; de esta manera apoyamos a los autónomos que, tarde o temprano, serán violados con una fiscalidad pornográficaOjalá este gobierno esté a la altura. Ya han cometido muchos fallos.  Finalmente, les deseo una buena cuarenta a los que se quejan por quejarse; muy especialmente a los que vacían las estanterías y se cabrean. En el supuesto en que no haya nada y no tengas tiempo/ganas de ir a otro lado: compras por Internet. ¡Lo más cómodo del mundo! Esto no es el fin del mundo. El sol sigue iluminándonos.

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Yo acuso (comunismo salvaje, chinofobia y coronavirus)

 

Yo acuso al gobierno chino del autosecuestro que estamos viviendo. 

Acuso a las autoridades chinas de falsificar las cifras de muertos y afectados por coronavirus.

Si hubiesen dicho la verdad no estaríamos en esta situación.

Acuso a ese gigante comunista de asesinar e infectar a miles de personas alrededor del mundo.

Acuso a las autoridades chinas de silenciar a Li Wenliang, el médico que advirtió sobre el COVID-19.

Acuso de mala fe al gobierno chino, en la persona de Xi Jinping.

Acuso a la comunidad internacional de ser benevolente con el ejecutivo chino.

Acuso a cualquier persona que practica la chinofobia: Los chinos son nuestros hermanos, el gobierno del Partido Comunista Chino no.

Acuso a los insensatos que discriminan a los chinos. Son tan cretinos como el coronavirus.

Acuso al coronavirus de romper vidas y economías (las consecuencias serán horrorosas).

Acuso a las autoridades españolas de ser caracoles frente al virus.

Acuso a los egoístas que se pasean por la calle como si estuviéramos en un lunes normal.

Acuso a los que aplauden a las 19:00 horas de ser hipócritas. Por las mañanas desvalijan el supermercado y por las tardes aplauden por aplaudir.

En cuanto a las entidades a quienes acuso, debo decir que no siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizo aquí, no es más que un medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia (dijo Zola).

Sólo un sentimiento me mueve, ¡qué desaparezca el coronavirus de nuestras vidas y volvamos a ser nosotros mismos!

Así lo espero.

Mohamed Sikabi El Asri (Sikabi Cohen)