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Templo

 

©Javier Valido
©Javier Valido

Descampado seco. Los animales se niegan a pasar por él. Todo está muerto. El templo de enfrente intenta no caerse. Recorriendo el mundo; me topé con este espacio donde azota la sed, el hambre y una extraña melancolía que se siente como “alegría”. Los pocos que viven por aquí parecen alegres. Te dan los buenos días y te invitan a pasar tres noches en su casa. El descampado huele a muerte. Las gentes de aquí parecen muertos sonrientes: delgados, consumidos por el sol. Paso tres noches en casa de unos vecinos. ¡Qué Dios se lo pague! Quiero rezar. Hace tiempo que no me confieso. No hay iglesias por aquí. Vi una mezquita inclinada a lo lejos. Entré descalzo, solo y con ánimos de rezar. Eso hice más allá de cualquier dogma. Llegué a otra aldea. No había mezquitas. Entré a la sinagoga y recé como lo hizo, cronológicamente, Abraham: Moisés: Confucio: Cristo: Mahoma: Spinoza.

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Elogio de lo invisible

 

Elogio de lo invisible ©Juan Carlos de Sancho
Elogio de lo invisible ©Juan Carlos de Sancho.

Iba a escribir este artículo encima de la cama a lo Voltaire. Me acuesto enfrente del ordenador, después de abrir la cortina. Uno debe escribir con luz, me enseñó una amiga. Al final me decido por el escritorio. Me sigue molestando la espalda. Hace tiempo que no me paso por el gimnasio. Hoy, no iré al gimnasio o sí. Iré al gimnasio de la filosofía, donde Séneca hace cardio y Platón hace mancuernas sin parar, mientras seis actores representan el universo de universos de Juan Carlos de Sancho. Estaré a las ocho de la tarde en el Club La Provincia, hoy. 133 conceptos filosóficos conforman su libro Elogio de lo invisible. ¡Oh, 133, número simbólico donde los haya! Este número, según la numerología es: «Los maestros ascendidos están trabajando contigo en tus procesos de pensamiento». Los mismos maestros, en uno solo que poetiza y reflexiona con la utopía (¡qué nos salvará de la aniquilación!) o la inspiración que nace del artista, cuando ve volar a los dioses en libertad. Las alas del pensamiento libre, tituló su artículo Nora Navarro: las alas que hacen invisible la realidad de los dioses-humanos, de los superhumanos.

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Viva l’Algérie!

Presidente argelino ©Politis.fr
Presidente argelino
©Politis.fr

Un cadáver gobernará la nación y defenderá la constitución. Quisieron imponer un gobierno de ultratumba en Argelia, pero el pueblo salió a la calle; la sociedad civil se rebeló ante la tiranía de los secuestradores constitucionales de Argelia, mon Algérie. Hace tiempo que Bouteflika murió ante los ojos del poder y su pueblo. Todos sabíamos- aunque no lo quieran reconocer- que el hombre no hablaba, ni caminaba. Se ha transportado a otra realidad. Su cuerpo continúa vivo, pero su conciencia vive en una realidad pasada o inexistente, e incompatible con la política. Este señor- o lo que queda de él- no se va a presentar a las elecciones. Un quinto mandato es una irresponsabilidad abismal, afirma Zoubida Assoul; presidenta del partido UCP (Union pour le changement et le progrès). Bouteflika no se presentará, de acuerdo. Pero, la pregunta es quién sucederá al cadáver político. ¿Quién? Otro cadáver, no: ¡por favor! Queremos a gente como Zoubida Assoul liderando Argelia, políticos comprometidos con el pueblo, la libertad, la democracia y la transparencia. Esa es la palabra: Transparencia-en mayúsculas- es lo que le falta a Argelia para salir de su secuestro.