Literatura látex

Existe una literatura látex que provoca arcadas. Escriben sobre lo mismo, hablan de lo mismo, ríen y discuten sobre lo mismo; lo peor es que los temas y el estilo es el mismo. Para ellos la literatura sólo se entiende con preservativos. Repugnante. Comparten el mismo condón, después de cada coito literario. Casi todos padecen ETS que provocan dolor, angustia y ansiedad en sus partes íntimas. Dicen creer en la libertad, pero hasta para copular tienen un código. Deben hacerlo a una hora concreta, con personas afines y con un esquema ideológico concreto. Sólo fornican entre ellos y por eso muchos tienen lo que tienen. Han recurrido a casi todos los médicos con la intensión de curarse. «Dejad de hacerlo», les dice el médico pero ellos continúan esa orgía de cuernos y vómitos sintácticos. Acuchillan a su colega para después follarse el cadáver. Se venden y compran. No creen en la independencia, por eso escriben y existen con miedo. Beben de sus propios vómitos para seguir creyendo en sí mismos, o el de sus camaleónicos aduladores. Viven en San Borondón sin conexión a internet, pero se creen inmortales.