Perdidos (en este inicio de curso escolar)

Me siento más perdido que una monja en una discoteca. No sé cómo vamos a empezar este curso en la ULPGC. Unos dicen algo. Otro dicen otra cosa, y el alumno en medio como una cabra en un descampado. Dicen que las clases serán online hasta octubre. Otros dicen que hasta diciembre nada de nada. Espero que desde el profesorado nos ayuden, si finalmente han decidido hacerlo por vía telemática. ¿Será difícil? Pues, no lo sé. Espero que los alumnos aprendamos algo, y que no sean clases por dar clases sino algo serio como lo ha sido presencialmente. Ay, Dios mío. Estoy un poco raro, con un poco de miedo por este curso universitario. Ojalá aprobemos todos. Me encomendaré a Santa Rita, a los santos Regraga y a todos los dioses antiguos, modernos y posmodernos. Le pido a los santos de la ULPGC (algunos son santos, otros parecen señores feudales) que tengan empatía con los alumnos. Queremos aprender, pero el profesor también tiene que estar dispuesto a renovarse con las nuevas tecnologías. No soporto a los profesores oxidados. Estamos en el siglo XXI. Renovarse o morir. Algunos prefieren arrastrarse por los siglos y los pasillo de Tafira, dar pena y pasar desapercibidos ante la modernidad. Espero que no haya problemas. Parezco un poco Epicuro, pero por favó: ojalá salgan bien las cosas y podamos demostrar que somos una universidad primermundista.