Mario Vargas Llosa sale de la cárcel
El divorcio emocional-no civil- entre la reina de Puerta de Hierro y Mario Vargas es un acontecimiento literario, social y metasocial. La reina de corazones-con toda la fuerza de la analogía con la tirana de la novela- volverá a salir por las fiestas del Madriz mas castizo: con su sonrisa y su cara Porcelanosa. Su siguiente amante, quizás, sea un ministro de Sánchez; o un político vasco de VOX con inclinaciones hacia las maduritas que se duchan y se ponen cremita por todo el cuerpo. Todo puede ser, la cosa es que el mercado está revuelto. A mí, literariamente me interesa que Mario esté enfadado: escribirá como antes, escribirá con la misma rabia con la que leyó » Lo que Varguitas no dijo». Interesante lectura si quieren conocer el lado personal del peruano más universal. Total: Mario vuelve a ser nuestro Mario, seguirá opinando sobre política aunque nadie, fuera ni dentro de España, se lo haya pedido: don’t worry, lo importante es que sea creativo como lo fue antes de intoxicarse con la nanointeligencia de Tamara Falcó o la elegancia de chacha filipina de Isabel.
Seguirá siendo el patriarca gitano-criollo en lengua española. No solo española, sino internacional: ¿no es cierto?