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El cerebro político no tiene ningún control sobre la realidad

 

El cerebro político no tiene ningún control sobre la realidad. Aprueban decretos, pero la ley de la naturaleza gobierna sobre ellos- y sobre el mercado- a pesar de todo. Este virus- hijo de puta- nos ha demostrado que no somos dioses. Encima de cualquier decisión está la vida, la mano de la naturaleza que hace y deshace lo que crea conveniente. Pero claro, esa madre naturaleza se puede domesticar; podemos dialogar con ella; tomarnos un pulso o un té, mientras le exponemos nuestros problemas (cosa que no hace el gobierno de España) o degollar a nuestra madre como hace el gobierno de China. Lo justo es condenar a quien hiere a mi madre, a su madre, a nuestra madre.

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Gerontomaquia

 

 

Cristina García Rodero©

 

Nuestra sociedad ha librado su particular cruzada contra los ancianos, contra nuestros mayores. Aunque nunca somos mayores, como diría mi buen amigo Pedro de Pablo-conocido como «Cid de Pablo»-. Hemos secuestrado a nuestros mayores en residencias, sin tener la paciencia de soportarlos como ellos nos soportaron de niños. Hay casos y casos, en cuanto a la otra cara de la moneda que es la infancia. Hay progenitores que no pueden cuidar de sí mismos, y por consiguiente de sus hijos. E hijos que no pueden con el peso de sus padres. Aun así son tus padres. Yo renunciaría a un futuro prometedor por cuidar a mis padres, porque como, bien, dice una amiga cubana: « Quien no quiere a sus padres no quiere a nadie». Suponiendo que los padres de uno sean lo peor, «lo fatal» como diría Rubén Darío: son tus padres. Es muy sano llevarse bien, o cordialmente con ellos. Son tus padres, a pesar de los golpes y el pasado: son tus raíces. Un día se irán. Volviendo a la «gerontomaquia», término cuya autoría se la debemos a Franco «Bifo» Berardi que no se equivoca cuando habla de ese virus, ese coronavirus, que va en contra de los ancianos, de los octogenarios. Parece que todo va en contra de la tercera edad, en estos tiempos posmodernos. Antaño simbolizaban la sabiduría y el respeto. Hoy son aburridos, pesados y una carga para la seguridad social. Siempre digo que me siento muy gitano, ¿sabéis por qué? Por su respeto y consideración a los mayores. Cuando un gitano se vuelve viejo se vuelve sabio, se vuelve casi siempre patriarca o matriarca.

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El calor de tu lindo amor

Ten paciencia. Pronto seremos como las páginas de un clásico, que nunca pasa de moda. Seremos inmortales, porque el amor es eso: inmortalidad, respeto, cariño y ese calor termodinámico que no desaparece ni se destruye, porque es energía viva y hermosa. Por eso las personas no mueren ante las leyes de la energía y el amor. Muere el que es olvidado. Muere el que es ignorado, mientras que la inmortalidad es como la luna. Siempre está ahí, siempre está su Amor, en mayúsculas, que no se ensucia ni se corrompe. El amor es lo más puro que nos ha dado Dios. El ser humano sólo tiene dos cosas: el amor y la ciencia. La ciencia que crea ese puente o esa guagua para llegar a ti, y el amor para morirme en tus brazos.