El lector de André Breton
Esta mañana-la de ayer- estuve en la librería Sinopsis. Un joven hablaba de Breton como si fuera su vecino del bloque de al lado. No pude resistirme: ese espíritu de reportero de guerra o maruja de barrio me lanzó a preguntarle, a abrir una conversación con él. «Te gusta la literatura francesa, ¿eh?». Me respondió muy tímidamente que sí. Y poco a poco, casi como un cirujano, fui creando algo que no sé si se podría llamar conversación o diálogo de un neoplatonismo extraño. Los jóvenes lectores, o los jóvenes genios como este lector de Breton, tienen un mundo interior tan hermoso (¡tan universal!) que, en muy pocas ocasiones, comparten con el mundo. Creo que no se equivocan, ¿para qué compartir tus ideas con el mundo si no quieres? Los sabios buscan su crecimientos personal: escribirán mil tratados de poesía y física, pero primero crecen ellos y, después, si cuadra la cosa sacan esa criatura al mundo.