Poesía prosaica a los ludópatas

 

La calle tiene fisiognomías que estiran sus arrugas en nombre de los higos, las pasas o la voluntad de la cebolla. Lloran, tiran de la culpabilidad para dar sentido y olfato al dolor. El dolor huele a jaqueca, mientras la culpabilidad se percibe-o se apuesta- en las caras imberbes ante la navaja de Ockhan: se electrocutan con una trenza de videojuegos, y enchufan sus rostros de zanahoria a la pantalla; olvidándose del tiempo. He visto caras-zanahorias quemadas. Recuerdo la vitalidad de las pasas arrugadas y dulces: ganan con los años.

 

Si a alguien se le ocurre cantar bingo lo bombardeamos con miradas nucleares ante la pasiva mirada de la comunidad binguera. Estoy aburrido. Pierdo el tiempo en esta vejez de bingos y soledades. No busco familia. Busco compañía. Esto es como una familia, una familia de números y dejarte medio sueldo en una tarde.

 

El encargado de sala lo controla todo, es el hermano mayor que lo controla todo. El baño es zona prohibida, el otro día me encontré con Carpentier entre el tiranosaurio y la tarjeta de crédito que arrastra el arroz. Tomó arroz por la nariz y por las orejas: es más intelectual por las orejas. . Las chicas del bingo lo llaman al orden. Las señoras son las que lo controlan todo; absolutamente todo. Son ellas las que llevan el cotarro, y no el gordo emperchao. Carpentier volvió al baño, mientras yo me peleaba con la máquina socialdemócrata que arruina vidas y entretiene otras. He perdido la batalla: «No va más».

Un comentario en “Poesía prosaica a los ludópatas”

  1. Que manera tan gustosa de traer un tema tan actual pero tan oculto a nivel social pero tan notorio a nivel cultural, una manera muy inteligente de conocer lo que hay detrás de cada salón de apuestas y de las caras jóvenes de esos chicos que, cuando los ves,te preguntas que hacen ahí perdiendo su tiempo, pero como dices tú es un vino que ya no pueden apartar de su boca. Muy buen trabajo amigo y compañero de radio! Que coseches muchos más éxitos, un abrazo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.