Los rostros de Mefistófeles
La vejez y la muerte tienen tal fuerza amedrentadora que nos producen ciertos sobresaltos que acaban alumbrando los sótanos perversos de la curiosidad y la imaginación. Basta con comprobar la excitación que ha producido la aplicación FaceApp para concluir que en cuanto se abre una rendija a la especulación con el tiempo y la edad se desboca la inquietud por anticiparse a lo que nos depara el futuro.
Circulan ya con alto grado de popularidad, y gracias a la mentada aplicación, los rostros transformados de muchas celebridades que lucen palmito con su piel apergaminada pero manteniendo ese soplo de elegancia y circunspección como si nos anunciara que el vendaval de la edad es solo brisa acariciadora sobre nuestros cuerpos. ¡Cómo estarán esas próstatas, y esas artrosis, y esa pereza del organismo para admitir las ideas nuevas! Eso sí que no lo modifica este nuevo juguetito digital.