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Mamá Bardem

 

No voy a entrar en cuestiones ideológicas, ni personales, ni intrapersonales. Pilar Bardem fue una actriz de la A a la Z, una dama de la interpretación en todas sus formas. Merece todas las flores, todos los reconocimientos, todos los aplausos, todos los besos, todas las ovaciones y mil oles por su arte. Casi nunca se habló del arte de esta señora; es más, quedó en un segundo plano-en sus últimos días-por culpa de esa estrella antipática que es su hijo Javier Bardem. Qué tío más antipático, falso, borde e hipócrita. En EEUU es tan simpático, con ese inglés de Oxfó que Dió le ha dao. Ojalá tuviese la misma gracia con el público de su país, qué rápido ha cambiado el olor del jamón y la tortilla por el C.Klein One. En cuanto a la matriarca Bardem, creo que fue una dama en todos los sentidos. Hoy no es el día, ni tengo ganas de entrar en si fue contradictoria desde el punto de vista ideológico, monetario. La conocí en ese film de Almodóvar, Entre tinieblas, y hasta ahora sigo defendiendo su arte. Hoy se ha muerto una gran actriz, y en la tierra se encenderán muchas velas por ella- este artículo es una de ellas- y en el cielo los ángeles la recibirán con cariño.