Estoy debajo de una ventana rememorando la alegría de la mañana. Me asomo al universo azul. Por primera vez en mucho tiempo disfruto del cielo. Del milagro atmosférico con sus nubes, que son como líneas picassianas sobre el gran lienzo de la vida. Este destino, en estos tiempos de coronavirus, me ha permitido levantar el freno de mano y sobrevivir volviendo a la esencia: disfrutar del paisaje que hay en mi ventana- ¡gracias a la vida que podamos asomarnos a la ventana o a la terraza!- o el paraíso que se está creando en mi interior, en estos tiempos -sin rey, ni reina-.
Zizek, en su último libro, Pandemic! Covid-19, nos demuestra que tiene más arte de tertuliano que de filósofo. Empieza su libro planteando el comunismo como elixir contra el coronavirus. Entre la página 14 y 23, nos invita a no pensar en la libertad de mercado y enfocar nuestros esfuerzos en destruir el capitalismo. ¿Puedo ser sincero? Creo que este señor se mete una dosis muy elevada de alguna sustancia que desconozco. El capitalismo, como macroconcepto, seguirá existiendo. Las grandes familias del capitalismo seguirán igual de poderosas- donde, como es lógico, no están los nuevos multimillonarios que menciono más abajo-. Entonces, ¿ en qué va a afectar esto a nuestro sistema capitalista? Afectará, por desgracia, a los pilares del sistema: a los autónomos que nos violarán en la oscuridad bursátil, a los funcionarios cuyo sueldo se verá recortado por el gobierno, a los empleados de la vida- a la cajera del Hiperdino, al portero, al empresario que da trabajo, al obrero; en resumen a todos aquellos que no están en la pirámide de este sistema-. Nadie se salva. «Nadie» quiere decir Amancio Ortega e incluso el mismísimo Jeff Bezos. Habrá cambios financieros importantes, será un duro golpe para nuestros bolsillos. Pero, saldremos de esta si las «élites humanistas», término sartreano donde los haya, se ponen de acuerdo. Será un terremoto financiero en el mundo capitalista y comunista. Pero, las élites seguirán siendo intouchables. La única diferencia está en el nombre. En el comunismo se llama intelligentsia y en el capitalismo son «los otros»- como aquella peli de Amenábar– o son la «mano invisible» de Adam Smith (que se vuelve cuasi visible, de hierro cuando el sistema está en crisis por el Covid-19). Zizek, deje de decir tonterías. Dele gracias a Dios que no vive en Corea del Norte, para saber lo que es el coronavirus y el comunismo de verdad. El comunismo no es sentar su grupa sobre una silla de Ikea y comenzar a pensar sobre un escritorio Leroy Merlin; dándoselas de Marx. Ser comunista es un actitud ante el sistema financiero, por supuesto, y ante uno mismo. Zizek vive las ventajas del capitalismo, sin limitarse nada. Además de disfrutar de las hamburguesas ( I’m lovin’it), de los derechos de autor. Si usted fuera comunista no viviría de las rentas de sus libros. Uno, dos, tres. ¡Despierte!
Sé que es difícil liderar toda esta situación, pero lo que está haciendo el presidente del gobierno no tiene nombre. Cuando tu vida y la mía- y la de otros muchos- está en juego hace que las ideologías me importen una mierda. Querida Mouna, Pedro Sánchez lo está haciendo muy mal. Él y todo el equipo de gobierno. Han tardado mucho en reaccionar, han mentido a la población española y están librando una cruzada– como las de Jerusalén- en contra de los sanitarios. Después de la sentencia del Tribunal Supremo, estoy por mudarme a Corea del Sur o pirarme a Marte. Quiero que me seas sincera, hermana. Por mucho que compartas partido con este señor, reconoce que lo está haciendo mal. El PSOE vale más que su secretario general. Lo único que pido es “justicia”. Qué sean juzgados los responsables, que no han sabido manejar esta batalla contra el coronavirus. Ser político no es cobrar tres mil euros. Es estar a la altura, es hacer bien tu trabajo. Quiero que se sienten en el banquillo. Si Pedro lo ha hecho mal, ¡quiero que se siente ante un juez imparcial a dar las explicaciones oportunas! Pero, claro, cuando el Tribunal Supremo sentencia a favor de no suministrar material de protección a los sanitarios- en 24 horas-; las llevamos claras. Así está España, sister. La situación está a la altura de lo que hizo Teresa Cruz. No me gusta hacer leña del árbol caído, pero lo de la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias contra nuestros mayores es una metáfora de cómo está la clase política (no toda. Desde aquí felicito a Ángel V. Torres y a todos aquellos que han cesado a esta señora). Mouna Sikabi, por muy del PSOE que seas, lo tengo que decir: ¡ojalá cesen a Pedro Sánchez o pongan un gobierno de regencia para domar a este toro chino llamado coronavirus!