Corazones multiformes con forma de águila, buey, lechuza o jabalí. Cada uno de los corazones humanos (e incluso animales, véase la obra de Ramón Sibiuda) son el barro con el que las circunstancias moldean una escultura con forma de animal. De ahí, la pluralidad de corazones que existe en la zoología cordial. La zoología de corazones está recogida, fundamentalmente, en libros de metafísica y esoterismo. El conde Agev transmitió estos conocimientos a su primogénito Diego Stroff; años después Stroff escribió:
<<Existe un ritual en el que el «corazón con forma de pájaro» se metamorfosea en «corazón con forma de gacela». Dicho ritual solo debe realizarlo el corazón libre de odios y rencores. Si usted es portador del mismo y desea convertirse en gacela-o corazón libre-, repita:
-¡Hub, hub, hub!