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Conecta el cargador democrático

 

 

 

Miguel de Unamuno, el primer nudista de Fuerteventura, no se equivocó cuando afirmó que el nacionalismo se cura viajando. A ese nacionalismo le podríamos añadir el patriotismo, el patriotismo mal entendido que no deja de ser una de las muchas formas que tiene el leviatán del racismo y la xenofobia para camuflarse entre las buenas gentes. Con esta afirmación no quiero decir que el nacionalismo como concepto e ideología sea algo que incita al salvajismo absurdo del racismo, no: qué Dios me libre de afirmar tales cosas, porque no todos los nacionalismos son iguales. Creo que el nacionalismo local, regional, autonómico de un territorio determinado no funciona de la misma manera que a nivel estatal; el nacionalismo pequeño es un mecanismo de defensa sobre algunas políticas estatales: donde el grande se come al pequeño- concepto acuñado por Herbert Spencer y retomado por Charles Darwin-. El peligro tiene un nombre: el nacionalismo estatal, el nacionalismo supranacional donde se le hace creer a un pobre obrero que su estado y/o identidad es superior a la de los otros; está desaprovechada o mal aprovecha. Es el mismo discurso que algunos partidos políticos han adoptado: todo lo que sea diferente debe ser aislado, analizado, analizado otra vez y finalmente condenado al ostracismo. Por fortuna y alegría de la libertad existe otra señora muy elegante llamada democracia, existe la democracia que va en contra de los extremos y los odios. Acaso ese hombre falangista-salafista que va en contra de las minorías débiles habrá viajado; habrá visto mundo más allá de alguna reunión en Londres o Berlín con el exilio iraní; habrá trabajado fuera de su zona de confort: fuera de su campo y sus vacas; habrá visto una puesta de sol sin quejarse, sin llenarse de odio porque a dos metros paseaba un asiático (este es otro elemento del nacionalismo estatal, es decir del falangismo-salafista: negar al otro, el otro no puede ser mejor que yo. Yo soy Felipe II, afirma el Barbas).

 

No hay mayor cura para el nacionalísimo que irse al extranjero a trabajar, salir de España; salir del nido; salir de la zona de poder y confort. Vivir, sobrevivir y querer al otro como a uno mismo sin esas etiquetas primitivas que lo único que hacen es avergonzarnos ante la comunidad internacional. Conecta, amigo que debes cambiar, el cargador colorido de la democracia y vive: vive y deja vivir en libertad; relájate y deja de creerte emperador de España.

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Irene Montero vs Teresa Rodríguez

 

 

Esto es una batalla entre Teresa Rodríguez, representante de la esencia de Podemos, contra esta nueva formación morada que ya forma parte de la casta, del establishment. Es una batalla de quién lo tiene más grande, si la mujer del presidente del partido o Teresa. La mujer del presi se ha convertido en una burguesa de Galapagar, con el discurso seco y odioso de siempre. Me transmite mal rollo. Está en contra del mundo. Con ella o en contra de ella. Su discurso es seco, sin ironía: una cosa memorizada, un discurso socialdemócrata a favor de los débiles siendo ella la primera que se ríe de los débiles. Lo demostró con su entrevista de Vanity Fair posando como si fuera Norma Duval. Este Podemos no tiene nada que ver con el 15M. Montero e Iglesias se han convertido en todo lo que han criticado, antes de llegar al poder. Atrás han dejado a sus compañeros de partido, y a la misma Teresa Rodríguez que sigue siendo igual de honesta con sus ideas. Continúa con su discurso antisistema, pero sigue siendo ella en esencia, mientras las élites de Podemos se han convertido en una boutique donde se compran revistas rosa o acondicionadores para la melena del líder supremo.

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Argelia en el vendaval

 

 

Caricatura del genial Ali Dilem, «¿ahí enterraremos al Hirak?
Caricatura del genial Ali Dilem, «¿aquí vamos a enterrar el Hirak?».

El pueblo argelino ha demostrado con ese 76,3 % su oposición al régimen militar. El mismo que ha puesto a Taboun, un títere que pasó de ministro de Bouteflika a presidente de Argelia para acabar ingresado en algún hospital alemán. No sé sabe si está enfermo, ni de qué está enfermo, ni dónde está ingresado. Sin duda, estamos ante otro perro domesticado que ladra y calla porque así lo dice la autoridad castrense. Taboun defendió el diálogo en su primer discurso, ¿qué diálogo? Usted no puede dialogar con los militares argelinos, señor presidente; ¿cómo va poder dialogar con quienes no escuchan? Sólo dialoga quien tiene algo que decir. Usted por ahora no ha dicho nada. Continúa en su silencio germano. No sabemos si está malito, secuestrado supuestamente, contento, triste, vivo, muerto… El pueblo argelino ha demostrado su valía defendiendo su libertad y autonomía con el Hirak, manifestaciones a favor de una Argelia libre y donde se repartan las riquezas. ¿Cómo puede un país con las riquezas de Argelia vivir con la cabeza agachada ante muchos? Ya es hora de que te liberes, querida Argelia, y acabes con la violencia de tus agresores. ¡Viva Argelia!