Publicado el

Ley, drogas, democracia

 

Consumir drogas es tan común como beber vino o cubatas. Debajo de las ventanas huele a porro. Los baños públicos y universitarios huelen a porro. Unas de las características de la libertad es luchar contra la hipocresía, y por eso hay que legalizar los porros y cualquier droga. La mejor manera que tienen los estados de luchar contra los capos y los chulitos que pasan de chaperos a narcotraficantes es legalizando lo que consume la inmensa mayoría de la población en Europa. La gente está amargada. Vivimos en una sociedad asfixiante, donde la ansiedad está más presente que nunca; donde el aburrimiento está más vivo que la autoestima en uno mismo. La enfermedad de nuestra época es el vacío existencial, estar amasao,bro que se combate con antidepresivos, porros, una raya funcionarial después de comer, pastillas ilegales y mil movidas más. Las drogas son algo serio. Cada día hay más adictos. La mejor manera de llevarnos bien con las drogas e intentar que los consumidores aprendan es pasando el consumo por la Ley; educando a los futuros consumidores o no-consumidores. Qué cada cual consuma legal y racionalmente lo que crea conveniente, siempre que conozca las causas y efectos de lo que se meta. Como bien dice mi maestro: «El veneno está en la dosis». Todo es droga. Todo mata en exceso, pero las cosas hay que hacerlas con conocimiento y en la dosis correcta (o en la dosis cero, si sé que me hace mal o no quiero consumir como es mi caso). Cuando uno sabe lo que hace puede sobrevivir a las drogas, a los chulos de discoteca, a los porteros que se compinchan con el arruinavidas (una cosa es vender y otra cosa es arruinar a una persona). Me acabo de acordar de un compañero de instituto, que le cambiaron la vida con una pastilla. No sabía lo que era eso. Una piva le dio la pastilla, y ahí se quedó. Comenzó a correr desnudo por las calles gritando con delirio «ma-má». Hoy hablas con él y parece otro. Este amigo fue, como yo, a talleres contra las drogas que nos hacían en el instituto. Nos enseñaban que eran malas, pero sin hablar de la realidad de lo concreto; de lo que nos vamos a encontrar en la noche, en la oficina, en el baño. Qué efectos tiene el cannabis a largo plazo, por ejemplo. Causa-efecto, nombre de la droga y cómo tratar con ella. Una explicación sencilla y completa salva vidas.

Publicado el

El profesor

 

Enseñar a un grupo de personas, adultas y adolescentes, a leer y escribir es uno de los milagros de la vida. El placer de enseñar las herramientas con las que crearán su llave o su llavero, para abrirse-cerrarse la puerta de la sabiduría. Quedarse dentro de la habitación de la lectura, el arte y la libertad; o limitarse a construir esa llave para olvidarla encima de un banco o un lavabo. Estén dentro o fuera del cuarto del saber será por su propia libertad, por su capacidad para decidir. Todos conocieron las letras del alfabeto. Letras para deletrear, o para unirlas a otras para escribir un poema, un teorema o un wasap. Con las letras y los conceptos harán su propio sistema, su nuevo mundo con el que convivirán con los otros. ¿Puedo sentirme orgulloso de mí mismo y verbalizarlo? Estoy muy contento con lo que he hecho. Qué bonito es enseñar una canción de José Luis Perales a una persona procedente de un pueblo a 120 kilómetros de Bamako. Es bestial. Enseñar la palabra li-ber-tad. Tout le monde avec moi: ¡Libertad, libertad, libertad! La lengua ha permito a estos estudiantes conocer la libertad como elemento inherente al ser humano, y no como un derecho que nos lo da el Estado y nos lo arrebata la miseria. Los seres humanos- de cualquier clase social, de cualquier punto del mundo- somos libres por naturaleza para decidir entre una realidad u otra. Con la libertad podemos derrocar al dictador, al mafioso, al que provoca una guerra a cambio de oro. Con la libertad colectiva podemos transformar un Estado cainita y bélico a un Estado social, democrático y lo más justo para todos los ciudadanos- y ciudadanas-. Por eso es importante no olvidarse del camino. De cómo conocimos las letras, cómo empezamos a deletrear, cuándo y con quiénes aprendimos. La humildad crea un Estado, una familia y una vida justa.

Publicado el

La economía canaria

 

"Aeropuerto de Gran Canaria vacío" del genial Leandro Betancor Fajardo.
«Aeropuerto de Gran Canaria vacío» del genial Leandro Betancor Fajardo.

 

«Sombras del Nublo, riscales los de Tejeda. Cadenas de mis montañas», canta una de las voces más bellas que ha creado Canarias, Nazaret Díaz. Mientras la incertidumbre da vueltas en mi cabeza como un fantasma, en medio de la nada. Así está nuestra economía canaria, y la de muchas partes de nuestro planeta. Hay que ser positivos, sin duda, pero lo de nuestro turismo no tiene nombre. A mi amiga Saro se le encogió el corazón, en el sur de Gran Canaria. Estoy sin palabras. En el sur ya no se puede cantar aquel éxito de Rafaella Carrà. Los hoteles parecen cementerios, y los cementerios parecen la nada; y nuestra realidad es un algo lleno de incertidumbre. Somos migrantes en nuestra propia tierra, en nuestra propia realidad, en nuestra propia economía. Siento pena ( aunque la pena debilita a quien la siente, pero estoy así/así) por la gente, por lo que han sido sodomizados por este coronavirus. Ojalá ayuden a los que se ahogan, y a los que se ahogarán tarde o temprano porque esas ayudas no llegan ( o tardan en llegar). Quiero que Canarias vuelva a llenarse de turistas de todo el mundo. Que nos podamos tomar un algo en la barra o en la terraza, mientras abrazamos al camarero o felicitamos al dueño del local por lo bien que ha quedado la reforma. Ojalá muera el virus, y nazca una economía más fuerte: más democrática: más sólida: más fraternal para todos. «Besos de mujer canaria// Queso tierno recental». Besar sin mascarilla a una desconocida, y tomarnos el queso tierno donde y cuando nos da la gana. «¡Qué más puedo desear!»