Carmen de Mairena ha muerto

 

¡Olé, Carmen!
¡Olé, Carmen!

Carmen era nuestro icono más transgresor. Libre, simpática y buena persona. Vivió como murió: sin nada. Fue un ser humano tremendamente generoso en el amor y en la calle. Por amor transformó su identidad; y de la calle rescató a toxicómanos, putas, marginados sociales, etcétera. Carmen fue un ángel para los que tuvieron la fortuna de convivir con ella. Fue generosa, sí, demasiado generosa. Todo el mundo iba a casa de Carmen a pedir dinero para un pan, un porro, un condón o una dosis de heroína. Fuiste una mujer con una sensibilidad para el cante y el baile maravillosa. Tuviste como referente a Doña Carmen Amaya, un genio bailando. Tú, Carmen, fuiste la princesa de la tele. Diste de comer a muchos ejecutivos y tertulianos, para después acabar con tus cuadros-con tus pelucas, con tu maquillaje y con tu bata de cola-en la basura. ¡Qué poco respetamos a nuestros referentes! Nos has hecho felices. Eras algo más que un personaje televisivo. Fuiste, y seguirás siendo, una voz de oro que desde «El Cangrejo» de Barcelona se volvía eterna.  Cantabas con el corazón y con ese mismo corazón de claveles te dedico, tu canción:

Carmen, Carmen, Carmen… ¡Carmen!
Se murió Carmen, y España entera lloró.

Del somorrostro a la playa, ya su estrella se apagó
Se derrumbó su muralla, como la de Jericó.
Carmen, Carmen, Carmen…¡Carmen!
Se murió Carmen , y el mundo entero lloró.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.