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España, cainismo y sufrimientos

 

No existen los dioses en España. Todo está condenado al cainismo, una de las grandes escuelas filosóficas que- casi- todo español conoce porque lleva esa filosofía a la práctica con sus ídolos. ¿Qué fue de Jesús Quintero? Enterrado en deudas, con santa Hacienda, sin programa y sin honor casi (por toda la campaña que se ha hecho contra él). ¿Qué fue de Antonio Gala? Pues, desterrado en su Fundación. Silencio. Antonio es, hoy por hoy, un viejo que se queja demasiado (eso dice la tele cainita), que no puede con el peso del mundo. ¿Qué fue de Isabel Pantoja? De viuda de España a ladrona de las Españas. Lo bueno del cainismo es que a más sufras, más te respetan. Eso funciona así: si te va bien, vamos a por ti. El éxito se paga caro como me dijo una amiga, que estará leyendo estas palabras. El cainismo es así: fatalidad, amargura, mediocridad y angustia, mucha angustia para quien lo practica.

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Paquita Salas, icono

Paquita Salas junto a Los Javis.
Paquita Salas junto a Los Javis.

Paquita Salas es la niña bonita que recorre la ciudad encima de sus tacones, renuncia a las penas y canta por bulerías. Paquita ha creado escuela, ya no solo en el mundo de los representantes sino como ser humano: ¡qué buena gente eres, Paquita! Siempre pa’lante: no crees en las venganzas, ni en las falsas amistades. Eres tan maravillosa como el Ambi pur. Cuando estás de bajona te transformas en un dinosaurio que se lo come todo, olé tú. Mejor comerse el mundo, que destruir a la gente. Paquita, grande. Paquita, te queremos. Paquita, no dejes de existir. ¡Qué sería del mundo sin ti!