Salomón
Salomón fue inteligente cuando eligió el conocimiento, frente a todos los placeres del universo. Los mortales eligen dinero. Salud. Amor. Sí, amor: besar los labios y dormir con ese amor prohibido. Prohibido, pero deseado. Tomar las manos de papá, pedir un deseo y convertirlo en hombre sano. Pero, este no es el caso. La paradoja se esconde en qué es el conocimiento, el conocimiento es el camino: el cómo se recorre y qué puertas abrir en ese viaje. Salomón le pidió a A/D/Y todo el conocimiento del mundo (de los tres mundos: como diría un discípulo de Descartes), y supo caminar por el sendero correcto. Y ese el misterio de la vida: tomar el camino idóneo para aprender sin errar. Cosa imposible, lo sé: pero a pesar de las circunstancias, el hijo de David consiguió vivir con placer sin desear placer sino gnoseología.