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El cuervo azul de Mary Sánchez

Mary Sánchez con Maso Moreno, el amor.
Mary Sánchez con Maso Moreno, el amor.

Qué Dios no te pida cuenta, porque lo amo con la fuerza de un volcán que arrasa con niños y viejos. Soy el amante de Dios, te amo a ti. Pero, lo de él no depende de mi voluntad sino de algo superior. Ese Dios superior me obliga con su nobleza, con su belleza de ojos verdes y piel dura-deportista: a todo. No hace falta que venga el cuervo, solo quiero escucharte junto a tu compañero. Y si viene ella, la muerte, que sea cuando él no esté.

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El cuervo rosa de Mary Sánchez

Mary Sánchez en Las Canteras. Extracto de "Una voz de ida y vuelta", escritas por el genial amigo Emilio González Déniz.
Mary Sánchez en Las Canteras. Extracto de «Una voz de ida y vuelta», escritas por el genial amigo Emilio González Déniz.

Eres la sombra de mi flor, esa flor que da aliento a mi alma. Eres el cuervo que me saca los ojos. El cuervo de los éxitos, el cuervo que devora la mano que lo toma. En mi vida, hay dos cuervo uno rosa y otro como Dios. Dios es un cuervo que ama, un cuervo de ojos verdes y sonrisa hermosa. La sonrisa de los labios rasos del éxito. Ay, si los hombres no tuvieran ley: te condenaría a mil años de éxitos, y a mí a cincuenta de tranquilidad con él, con el sabio amor. Eres grande, yo te hice aunque no me permitieras hacer vida con aquel que me daba vida. ¡Belleza, más belleza!, decía Byron mientras le besaba los labios de la cadera a su amante. Hoy es un amante, mañana es otro y siempre será el cuervo.

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Teresa y su enemistad con el tiempo

Santa Teresa de Jesús, por el genial Agustín Sciammarella. ©
Santa Teresa de Jesús, por el genial Agustín Sciammarella. ©

Cuando Teresa me saluda lo hace con envidia. Es obsceno ver envidia donde no la haya, pero en este caso hay algo más que eso. Ella envidia a los jóvenes, porque morirá sin haber escrito algo mínimamente valioso y catalogable en el Index librorum prohibitorum. Teresa solo escribe para su círculo, para sus palmeros que son los de todos. Los palmeros se apuntan a todo, sea quien sea. Teresa escribe para ese círculo de aburridos. Ella se aprovecha. Mete dos o tres giros eruditos, y a eso lo llama literatura. Teresa es educada como mi maestra de Ávila, pero jamás será como la de Ávila porque no es generosa con los otros. Y en esta vida quien no da, no recibe. Teresa es educada, pero aburrida: siniestra: quizás, sea algo más que una vieja enemiga del tiempo, de un tiempo que para ella, ya, pasó. También, pasará mi tiempo pero siempre estaré abierto como el pelícano ante las generaciones venideras.