Cincuenta años de muchas cosas
He oído que hay quien ha empezado la cuenta atrás hacia el 21 de diciembre, fecha en la que muchos agoreros anuncian el fin del mundo. Yo no creo que vaya a pasar nada más terrible de lo que sucede, y la apuesta es segura, porque si ocurre nadie vendrá a decirme que me equivoqué. Lo cierto es que en este 2012 se conmemora medio siglo de muchas cosas que parecía que iban a cambiar el mundo y ya hemos visto en lo que ha quedado. En 1962 se independizaron muchas nuevas naciones (Argelia, Uganda, Burundi, Samoa), nacieron The Beatles y The Rolling Stones, se publicaron grandes novelas (Tiempo de Silencio de Luis Martín Santos, La mala hora, La plaza del Diamante), murieron grandes personajes (Marilyn Monroe, Faulkner, Hermann Hesse) y casi hay un fin de mundo nuclear cuando la crisis de los misiles en Cuba lo que por cierto dio lugar a que Juan XXIII excomulgase a Fidel Castro (que todavía se está riendo), y se hicieron tantas películas inolvidables que da vértigo pensar en los estrenos de cine de aquel año (Matar un ruiseñor, El ángel exterminador, Lawrence de Arabia, Dulce pájaro de juventud, La escapada, Lolita, El hombre que mató a Liberty Valance, ¿Qué fue de Baby Jane?) Han pasado cincuenta años y aquí seguimos, unos haciendo el tonto más que otros, porque todavía hay quien cree en términos como eternidad, inmortalidad, libertad… Incluso los hay que dicen por ahí que vivimos en democracia. Hay gente pa’ tó.