Más nos vale que Joan Baez se quede
Joan Baez ha dado su concierto número cinco mil y no sé cuántos y último en el Teatro Real. Muchos se preguntarán por qué un mito de la cultura occidental (Joan rebasa con amplitud los límites de la música), que pudo escoger para su despedida de los escenarios cualquier lugar donde se volvió historia y leyenda, como el Arena de Verona, el Olimpia de París o cualquier espacio grande o pequeño de cualquier continente, decidió cantar en público por última vez en Madrid, en un auditorio para solo 1.700 personas, cuando pudo haberlo hecho en cualquier lugar donde ha dado una media de 80 conciertos al año. Joan Baez siempre reventaba taquillas y nunca se hacía de rogar, fuera en una pequeña sala, en lugares abiertos del tamaño del Central Park de New York o incluso en espacios que nunca soñaron ser lugar para la música, como la imborrable granja de Woodstock. Y cerró sus seis décadas de escenarios con solo unas palabras a mitad del concierto del domingo 28 de agosto en el Teatro Real, cuando, entre canción y canción, en su español heredado de su abuelo mexicano de Puebla, dijo: “Este es mi último concierto de mi última gira”.